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Cine

Michael Crónica de una obsesión

09-08-2012, 10:00:33 AM Por:
Michael Crónica de una obsesión

Del director Markus Schleinzer, Michael está contada casi sin diálogos, con tomas largas, pero vale la pena experimentarla.

Cine PREMIERE: 3.5
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Para estar contada casi sin diálogos, con tomas largas, y a partir del punto de vista de un pedófilo que tiene encerrado a un niño de 10 años en su sótano, Michael es una cinta sorprendentemente enganchadora. Usualmente este tipo de filmes, que se desarrollan a la velocidad de un triciclo en comparación al acelerado ritmo de la carretera de opciones cinematográficas, son cansados de ver y generan un sentimiento general de que nada está pasando. Y es cierto, en realidad muy poco pasa, pero la habilidad del director reluce cuando, a pesar de eso, uno casi no siente transcurrir   el tiempo. 

Sabiendo entonces que la trama en realidad es casi irrelevante, podemos hablar del ojo del realizador para la puesta en escena, de su intención y de lo que intenta decir con su filme. El primer punto no podría ser más claro. Markus Schleinzer, quien hasta ahora se había desarrollado más como director de casting, sabe cómo colocar una cámara y sacarle el mayor provecho. En esencia, sabe mostrar y no decir. Sabe, por ejemplo, que si nos muestra al Michael del título saliendo de vacaciones, nosotros entenderemos que su víctima encerrada puede sobrevivir varios días sin él. No necesita el diálogo que el 90% de otras cintas le haría decir: “Ahí tienes suficiente comida para unos días”. Es posible que este ejemplo suene obvio, pero es el único que puedo comentar sin revelar demasiado sobre lo que sucede. En corto, su uso del medio cinematográfico para contar, es sobresaliente.

Sin embargo, son los dos segundos puntos que mencioné, los que me causan un poco de ruido. Durante todo el filme, Schleinzer atinadamente se mantiene alejado del juicio innecesario. Es decir, todos sabemos que lo que está haciendo el tipo de su película es aberrante y malvado. No necesitamos la ayuda de un cineasta para entender eso. Aún así, el mantenerse alejado de cualquier tipo de juicio y contar la historia casi como una mosca en la pared, hace sentir al filme… pues, innecesario. Me pregunto entonces, cuál sería la intención de Schleinzer al escoger ésta como su ópera prima. ¿Qué intenta decir con ella? Creo que la respuesta es, nada. Y si es así, temo decir que por más interesante que resulte su forma de contarla, en realidad el filme puede sentirse algo irrelevante. 

Es decir, si ya todos sabemos que lo que hace Michael es deplorable y es lo único que vemos, ¿qué está el director añadiendo? Pregunto yo haciéndole un poco de abogado del diablo: ¿por qué estamos viendo esta película? ¿Por experimentar una forma de narrar fuera de lo que estamos acostumbrados? ¿Para aprender que hay más maneras de hacer cine que las fórmulas y estructuras del drama a las que Hollywood (y Aristóteles, si nos ponemos de eruditos) nos ha acostumbrado? En realidad no lo sé. Pero háganlo, vale la pena.

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autor Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.
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