The Walking Dead: Seed

Advertencia: Esta crítica contiene spoilers

Cientos de fans de la saga The Walking Dead tuvieron sentimientos encontrados con algunos de los episodios de la temporada dos de la serie de TV. Aunque incluso en la novela gráfica original se advierte que no todo son escalofriantes escapes de hordas zombie, la falta de secuencias de acción y mayor inclinación a la degradación del ser humano ante una situación apocalíptica hizo bostezar a más de uno.

¡Buenas noticias! Parece que Robert Kirkman, Ernest R. Dickerson y todo el equipo creativo escucharon las sugerencias de fans y críticos, y lo demuestran con “Seed”, episodio premiere de la temporada 3. La secuencia inicial –sin un solo diálogo– demuestra la evolución de los personajes meses después del adrenalizante escape de la granja al final de la temporada dos. Vemos un Carl más maduro (en un sentido casi siniestro), un grupo más callado, más animal, que opera con frialdad y precisión. ¿Qué tan duro pudo ser ese invierno?

Lori demuestra el avance del tiempo con un estado avanzado de gravidez y una sensación de culpa cada vez mayor (recordemos que esta lindísima persona implantó en Rick la idea de matar a su amigo Shane, padre de si hijo no nacido, para luego reclamarle por haberlo matado como si ella no hubiera tenido nada que ver). Rick maduró como un líder eficaz, pero frio y con el evidente peso de haber eliminado a su mejor amigo “en defensa propia”. ¿Y qué me dicen de las breves, pero geniales escenas de la poderosa Michonne (Danai Gurira) y su posterior encuentro con Andrea (Laurie Holden)? Con toda certeza sabremos más de su extraña y creciente relación durante todos estos meses, así como la desafortunada enfermedad que contrajo Andrea en el ínterin.

¿Fue perfecta esta introducción a la temporada 3? No. Exceptuando la brevísima explicación de T-Dog sobre “dar vueltas en círculo”, ¿cómo explican que, al final de la temporada, el grupo se encontraba a unos metros de la prisión, y durante MESES estuvieron dando vueltas a su alrededor? ¿Qué pasó con esa muchedumbre de zombies que iba detrás de ellos? Es lógico pensar –y lo veremos en los siguientes episodios– que era importante establecer una línea de tiempo para demostrar la madurez de los personajes al nivel que los vimos ahora, pero son detalles en los que difícilmente podemos dejar de pensar. ¡Cuidado con esa continuidad!

Lo mejor: la incursión a la prisión, donde el humano se convierte en cazador, y el zombie en presa. La escena donde Maggie descubre cómo eliminar a los policías anti-motines –algo que me recordó mucho a los enemigos de nivel más complicado en un videojuego– fue de aplausos. ¿Qué harían ustedes si estuvieran en una situación similar?

¿Son demasiado sangrientas las escenas en esta nueva temporada? ¡Nada nos parece! He visto numerosos comentarios en redes sociales, alegando que las escenas fueron demasiado gráficas y excesivas. ¿No era lo que querían? Lejos de caer en el gore amarillista e innecesario, considero que las escenas demuestran la metamorfosis de los personajes ante tantos eventos en un mundo donde resulta evidente que las cosas no van a cambiar. Sobrevivir o morir… a cualquier costo. ¿Por cuánto tiempo aguantaríamos esa situación sin convertirnos en personas completamente diferentes?

¿Qué nos depara “Sick”, el siguente episodio? Es evidente que a Herschel le queda poco tiempo de vida, tras esa voraz mordedura zombie y la posterior amputación de su pierna a manos de Rick. ¿Regresará la serie a un ritmo pasivo, o se mesurará la dosis a un término medio? Y cuidado AMC, porque Telltale Games está demostrando con su videojuego una narrativa más apegada al concepto original… y conste que no soy el único que opina esto.

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Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.