Halley

Alberto es un guardia de seguridad de un gimnasio, donde los cuerpos atléticos, musculosos y fuertes contrastan con el suyo: piel pegada a sus huesos, un color sin vida y prácticamente larvas saliendo de sus extremidades para convertirse en moscas. Alberto está muerto y se está descomponiendo.

Halley es la ópera prima de Sebastian Hoffman y aborda un tema que se ha visto en el cine mexicano pero lo ejecuta de una manera diferente: los muertos vivos o mejor conocidos por muchos como simplemente zombies.

Sí, Halley es una aproximación diferente al género zombie, donde tenemos a un muerto viviente consciente de su situación y preocupado por su descomposición. El hecho que esté dentro de un estilo contemplativo, cercano al cine de Carlos Reygadas o Amat Escalante le da un toque (muy) diferente a quienes están acostumbrados a las vísceras y descomposición humana con un toque de crítica, porque desde George A. Romero, el cine zombie tiene mucho de crítica social.

Pero es importante señalar que Halley es más un cine minimalista, contemplativo, más de festival, que uno sobre muertos vivientes, y de cualquier forma nunca despega por ninguno de los lados.

Claro, tenemos estas secuencias bellamente fotografiadas con moscas y larvas a cámara lenta, vajilla antigua, cuerpos musculosos a manera de veneración a la halterofilia pero es simplemente el puro cascarón. Es obvio que el cine contemplativo es un arma de doble filo con largas tomas que pueden tener mucho significado aunque parezca que no y con Halley, la mayoría de las veces son eventos gratuitos que bien pudieron acortarse, sin embargo, de acortarse no habríamos tenido película.

Técnicamente Halley cumple con una gran fotografía, interpretaciones sólidas y humor negro de vez en vez, pero que se queda corta ante una idea que daba para abarcar más escenarios –y no necesariamente físicos sino narrativos- y prefiere quedarse en su zona de confort del cine contemplativo donde no pasa nada pero a la vez se dice todo… y demás ambigüedades que se manejan.

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.