El hombre de los puños de hierro
Producida por Eli Roth y dirigida por RZA, The Man with the Iron Fists falla en los beats emocionales, los diálogos y en el desarrollo de personajes.
Desarrollada entre Eli Roth y RZA –quien es músico y exmiembro del grupo de rap Wu-Tang Clan–, El hombre de los puños de hierro (The Man with the Iron Fists) cuenta la historia de varias pandillas rivales en la China del siglo XIX y un maestro espadero que se ve inmiscuido en el relajo. Sobre sus bondades, suficiente será decir que su fuerza está en las bien coreografiadas y ensangrentadas contiendas. Si son fanáticos de eso, y de eso nada más, tengan la seguridad de que saldrán satisfechos.
El problema recae… en todo lo demás: en los beats emocionales, los diálogos y en el desarrollo de personajes. Es decir, en todo lo que separa a Tarantino no sólo de otros que lo intentan imitar, sino de las obras de las que él mismo admite estarse colgando.
A nadie sorprende que cuando RZA colaboró en el soundtrack de Kill Bill, expresó su inquietud por contar una historia similar. Pero es similar sólo de la forma más superficial. Como quien imita los sonidos de un idioma que no conoce. O alguien diciéndose experto en rap porque le gustó el último disco de Eminem
Y no es que la imitación en un primer acercamiento a la dirección sea malo; las escuelas de cine están repletas de este tipo de “homenajes” y son, no sólo importantes, sino esenciales para que cada cineasta encuentre su punto de vista. Aquí es claro que a RZA le falta mucho para encontrar ésa voz propia y un largo camino para poder añadirle algo a las obras que lo inspiran.
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J. Ivan Morales Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.
