El lugar donde todo termina
El drama protagonizado por Ryan Gosling y Eva Mendes es una cinta de gran manufactura que podría ser la sorpresa “indie” en la temporada de premiaciones.
En la primera imagen que se publicó de El lugar donde todo termina, vimos al personaje de Ryan Gosling sentado en una motocicleta. Era un visual que claramente nos remitía a su personaje de Drive: un introvertido conductor que en sus ratos libres ayudaba a cometer robos, él sólo manejaba.
Y aunque no podemos dejar de señalar esa similitud con la película de Nicolas Winding Refn, El lugar donde termina (The Place Beyond The Pines) no sólo se construye alrededor de Luke (Ryan Gosling), sino que estamos ante un drama coral, que está perfectamente delineado en cuanto a las relaciones padre-hijo y los pecados que se llevan en la sangre.
La trama comienza con Luke, un motociclista que viaja con un circo presentando su número de acrobacia dentro de una esfera con otros dos compañeros. Su romance en ese lugar ubicado más allá de los pinos –como lo dice su título original– es Romina (Eva Mendes), con quien decide sentar cabeza después de recibir una noticia… Sin embargo, para lograr esto necesitará dinero rápido, y la forma más pronta que encuentra es a través del robo a bancos. Aquí apenas comienza la historia.
La cinta tiene su construcción con tres actos sumamente marcados entre sí, pero que nunca pierden su conexión y sobre todo, su intensidad actoral y narrativa. Por un lado está Ryan Gosling quien demuestra que puede ser, como lo es ahora Leonardo DiCpario, un actor que no sólo es una cara bonita. Eva Mendes cumple en su papel de mujer enamorada de alguien sin futuro, mientras que Bradley Cooper logra una actuación sobresaliente donde los pesos de su conciencia no lo dejarán en paz.
Dentro del aspecto técnico la mayoría de los elementos están sumamente cuidados, desde la fotografía que proyecta los increíbles paisajes de Altamont, New York, o un soundtrack con temas que van desde pop de los noventas hasta piano clásico. Sin embargo donde sí llegan a fallar, es en el apartado del maquillaje, pues en el momento en el que lo necesita –en el último acto–, es nulo y le resta impacto a la trama.
El lugar donde todo termina es así una opción diferente para este verano, una cinta de gran manufactura, con un estreno tan temprano para la época de premios. Si mantiene el hype hacia final de año, podemos estar ante la sorpresa “indie” en diversas categorías.
El director y también guionista Derek Cianfrance demuestra la facilidad con la que aborda historias aparentemente sencillas pero que llevan detrás un mensaje y psicología muy profundos, donde los pecados del padre siempre pasan al hijo.
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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
