¿Quién *&$%! son Los Miller?

La comedia ácida e irreverente ¿Quién *&$%! son Los Miller? tiene el mismo efecto de cuando no se sabe si una persona te cae bien o no. Con un tono que busca lo hilarante y desvergonzado por encima de lo realista o sutil, la película de Rawson Marshall  (Dodgeball) es divertida, pesada, con buen timing cómico en su mayor parte y con actuaciones que logran mantenerla misteriosamente balanceada, especialmente la de Jason Sudeikis (Saturday Night Live).

Eso sí, se trata de un filme sólo para adultos, ubicado en ese universo de lo políticamente incorrecto que en 2012 estuvo gobernado por Ted. Desde que se estrenó en Estados Unidos, las críticas no han sido tan buenas como las dedicadas a la película de Seth McFarlane en su momento, pero al igual que ésta, ¿Quién *&$%! son Los Miller? logró debutar en los primeros lugares de la taquilla norteamericana, con todo y su clasificación R. ¿La razón? Cuenta con un elenco llamativo y con situaciones atractivas para el público, que lo bombardean constantemente y que caen en el lugar correcto la mayoría de las veces.

David Clark (Sudeikis) es un traficante de marihuana con una clientela reducida. Soltero, sarcástico y cínico, su hobby favorito parecer ser molestar constantemente a su vecina Rose O’Reilly (Jennifer Aniston), una apática bailarina exótica con problemas económicos. Después de que un grupo de vándalos roba el dinero de sus ventas, Clark es obligado por su jefe a contrabandear marihuana desde México, para lo cual contrata a una familia falsa, que le permita pasar por la frontera sin levantar sospechas.  Así nacen Los Miller: Clark el traficante, O’Reilly la stripper, Casey la niña de la calle (Emma Roberts) y Kenny (Will Poulter), el hijo de familia virgen que finge ser… un hijo de familia virgen.

Sus “vacaciones familiares” incluyen desde un cambio de look y un remolque con paquetes de marihuana en el refrigerador, hasta narcos mexicanos parecidos a Conan el Bárbaro, policías corruptos, una escena swinger y un poco de romance, no tan bien logrado. En esta comedia todo se encuentra caricaturizado, nada tiene consecuencias demasiado graves: juega con las fronteras del buen gusto y desafía a la audiencia, hasta que ésta se sorprende a sí misma sonriendo ante lo “moralmente reprobable”. Eso sí, pisa 2 que 3 susceptibilidades mexicanas.

El problema del filme se encuentra en esos pequeños momentos en los que intenta un poco de seriedad, que nadie recordará finalmente, pero que rompen un poco con el ritmo hilarante. Se trata de una película de “mayorías”: sus personajes principales son en su mayor parte creíbles (quizá el más débil sea el de Aniston), casi todas sus bromas son graciosas y tiene más aciertos en su narrativa que desaciertos. Lo suficiente como para ganarse una recomendación.

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Jessica Oliva Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.