Amanda Seyfried habla de Linda Lovelace y su biopic

Hoy es difícil imaginarlo, pero hace 40 años un gentío enorme se abarrotó en una sala de cine para presenciar –de manera colectiva y compartida– la sexualmente explícita historia de una mujer frustrada cuyo clítoris estaba convenientemente localizado en su garganta.

Ahora vivimos tiempos quizá más conservadores y encarnar a la estrella porno Linda Lovelace –quien se volviera famosa en los 70 por el talento inusual que demostró en Garganta profunda (Deep Throat)– fue una decisión riesgosa para Amanda Seyfried. Sin embargo, la actriz de 27 años entrega la interpretación de su vida en la dura y emotiva biopic, Lovelace Garganta profunda.

Aquí nos habla sobre su viaje.

¿Qué dudas tuviste al tomar el papel?
Buscaba un reto, siempre estoy buscando retos. Ésta es la primera vez que interpreto a alguien de la vida real, a un personaje de verdad, es un área completamente diferente para una actriz. Tienes que encarnar a alguien que en realidad existió, tienes que validarlos, tienes que justificar su voz y volver a contar su historia. Es difícil y mis dudas sobre todo fueron alrededor de la responsabilidad que lleva todo eso. No tuve reservas sobre el sexo, lo que representa en el esquema grande de las cosas o por lo que se le conoció, pues esta historia es sobre su relación con Chuck y de dónde viene ella. No me daba miedo exponer mi cuerpo, eso no es nada. Me daba miedo encarnar a alguien, volverme esa persona y creer esa verdad de una forma en la que yo tenía que perderme. Eso da miedo.

¿Qué aprendiste sobre Linda que te sorprendiera?
Me sorprendió que ella únicamente estuviera intentando escapar de su vida familia reprimida y terminó tomando una decisión extremadamente mala que la definió hasta que murió.

Sólo estuvo 17 días en la industria del porno, eso es de conocimiento general, pero a lo largo de todo el abuso, de todo lo que pasó, la trataron como a un perro y aun así logró encontrar el valor de tener una voz y hablar públicamente contra la pornografía y sacó a la luz muchas cuestiones de violencia doméstica. Trabajó muy duro para compartir su historia y nadie quiso escucharla.

Creo que por eso Rob y Jeff le dieron esa estructura, para contar su historia mostrando el fenómeno cultural del momento, la revolución sexual y lo divertido que era y luego contrarrestar eso con lo que ella realmente sufría. Sé que suena raro, pero creo que hacer Deep Throat fue la única forma que tenía Linda de escaparse de Chuck. Recibió la atención de sus compañeros de elenco, le permitió ser libre, le dio una salida social porque cuando estaba sola con Chuck, sólo se encontraba con esa dinámica abusiva y loca. Creo que Deep Throat le permitió tener algunas experiencias positivas, pocas, claro, pero puedes verle algo positivo. Yo lo hice.

¿Qué tan consciente estabas tú sobre la era de la libertad sexual, antes del SIDA, en los 70?
Había una libertad que daba mucho poder y creo que lo sigue haciendo. Hice algunas escenas sin ropa y me sentí muy fuerte como yo misma, con hacerme cargo de mi sexualidad y siendo honesta conmigo misma y con los demás sobre lo que siento y necesito. Y esa fue una parte importante de Deep Throat, que era una mujer averiguando lo que quería y lo que necesitaba, y ése es un mensaje positivo, que de alguna forma ella se sentía liberada sexualmente. Con eso me puedo identificar mucho, porque ella venía de una niñez muy reprimida, de un hogar estrictamente católico y la hicieron sentir avergonzada de su cuerpo, así que esto se debe haber sentido maravilloso. Y para mí, hacer estas películas me libera, siento que toda esta experiencia de Lovelace ha sido como una educación emocional enorme.

Linda Lovelace fue un ícono sexual de su generación. Es algo que, de una forma diferente, también fue Sharon Stone luego de Bajos instintos. ¿Cómo fue trabajar con ella?
Antes de conocerla yo la veía como una mujer muy fuerte e inteligente. También como una leyenda y alguien a quien admiraba desde hace muchos años. Luego, para mi sorpresa, ella entró a interpretar a mi madre en la película, lo cual no podría ser mejor porque absorbí todo lo que pude de ella. Dios, ¡es una fuerza! Y por lo mismo, da un poquito de miedo. Es aterrante estar en una habitación con ella, pero luego te das cuenta de que no, lo que pasaba es que yo estaba proyectando mis propias inseguridades sobre ella porque no me sentía suficientemente buena. Ese primer día, ella se dio cuenta de que no me sentía suficientemente buena. Ahí estábamos en el set, ya en vestuario y pelucas, y por alguna razón no me sentía lista, pero me dijo la cosa correcta y de inmediato me sentí muy apoyada. Era casi como si me estuviera dando la energía para sentirme segura y al día siguiente me tuvo que cachetear y de repente sentí que ya teníamos una dinámica creada en un par de horas. No creo poder regresarle lo que me dio, pero sin duda se lo agradezco.

¿Viste la susodicha película?
Vi como 10 o 15 minutos y me cansé. Me aburrí porque, uno, yo sabía lo que ella estaba pasando en ese momento mientras filmaba y dos, porque sencillamente es aburrida. Pero sí lo entiendo, entiendo por qué fue tan grande, era la primera vez que la gente podía sentarse y compartir la experiencia con un público lleno, fue un fenómeno, nunca se había visto. Digo, es muy leve a comparación de lo que sucede hoy en día en internet, pero en aquél momento se trataba de algo novedoso, de una porno de 2 horas. Yo creo que si te gusta, el porno está bien. Cada quien sus gustos y todos deberían poder tener lo que necesitan. El sexo no da miedo, no debería tener un estigma, no debería ser tabú. No sé por qué la gente no sigue hablando de eso en casa, no sé por qué mis papás no me hablaron a mí al respecto. Digo, no sé por qué me hicieron sentir que era algo malo, me da coraje que de ahí venga. Me siento muy orgullosa de haber llegado a la conclusión de que el sexo no es la gran cosa, que es humano y que todos lo hacemos, ¿no? Pero creo que ciertas cosas sí deberían quedar en la imaginación, por eso no soy gran fan del porno.

Linda Lovelace permitió que la manipularan a cambio de sentirse aceptada y amada. ¿Tú cuándo aprendiste la diferencia entre ser vulnerable y ser fuerte?
En el año 2017 –ríe–. Creo que hace poco, debe haber sido hace un par de años porque sin duda he notado un cambio. He notado que ya no me da miedo mi propia sombra, ya no me da miedo mi propia voz, ya no me da miedo lo que necesito y sigo siendo vulnerable en ciertas formas, pero ya no dejo que la gente se aproveche de mí, quizás eso signifique que estoy finalmente evolucionando. Personalmente, me siento muy consciente de las dinámicas en cualquier relación que tengo desde el principio. Puedo saber si será algo nocivo para mí. Pero en aquel entonces, ella se estaba escapando, ¿qué sabía? Era muy inocente, no sabía nada sobre lo que se merecía. Y creo que eso viene de la forma en que creció. Pero es muy diferente para mí, tengo mucha suerte, mis padres fueron maravillosos, ellos estuvieron juntos y me amaron y me apoyaron y fueron muy abiertos conmigo. Tengo mucha suerte porque sé cómo merezco que me traten y ella no. Mucha gente que yo conozco no sabe cómo deben ser tratados y se meten en una relaciones terribles en las que se quedan atrapados porque aman a la otra persona y creen que pueden cambiarla y uno no puede cambiar a la gente. La gente te demuestra quién es al poco tiempo de conocerlos, sólo tienes que escuchar. Linda lo amaba, ella tomó una decisión mala por amor y lo pagó el resto de su vida.

¿Cuáles son las características que te atraen en un hombre y cuáles las que no?
Lo que más me atrae de un hombre hoy en día es su nivel de inteligencia. Me gusta un hombre que sepa exactamente qué está sucediendo y que me pueda enseñar cosas, que haga que me interese en otras cosas, nuevas ideas, así que usualmente son un poco más grandes. Creo que es sexy saber lo que está sucediendo, saber quién eres y lo que crees. Eso es muy sexy. Por eso Sharon Stone es muy sexy, porque sabe lo que quiere y lucha por lo que cree. Ella siempre sabe de lo que está hablando. Eso es muy atractivo. Y lo que me aleja de alguien es la vanidad, creo que es muy tonto ver a un hombre arreglarse el cabello durante 20 minutos. Es de pena.

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Vera Anderson Es escritora, fotógrafa, cineasta y vive en Hollywood con su esposo y su traviesa cachorrita Airedale. Promete estar más activa en Twitter y espera que el guión que escribió con su hermano se convierta en película.