El mundo de Claudia Llosa en la Berlinale 2014

Aunque ciertamente la Berlinale 2014 no ha concluido, su camino empieza a empinarse conforme avanza hacia la recta final. Y eso no lo digo, por supuesto, con referencia la calidad de las cintas que faltan, pues todavía hay muchísimas programadas y entre ellas seguro que se encuentran propuestas encomiables que podrían ganarse algún premio de altura. Es sólo que una gran cantidad de periodistas y personas relacionadas con el mundo de la industria cinematográfica ya se han ido y ello, aunado al cansancio epidémico de los que nos quedamos, genera un ambiente más pausado que contrasta con la vorágine de los primeros días.

Lo que sí se termina es este blog cuya única intención fue acercarlos a una de las fiestas del cine más importantes que hay en el mundo. Gracias, pues, a todos los que lo leyeron aunque, como se diría en el argot de las narraciones deportivas, «esto no se acaba hasta que se acaba».

Y allí tuvimos Aloft, la reciente película de la peruana Claudia Llosa para comprobar que la Berlinale continúa viva. De hecho, no exageramos si decimos que se trataba de uno de los títulos más esperados del festival. ¡Y cómo no lo iba a ser si se trata de la misma directora que trajo La teta asustada, filme ganador del Oso de Oro en la Berlinale 2009! Tales antecedentes, aunados al hecho de que para esta vez la cineasta se había hecho rodear de un casting internacional liderado, en ese orden, por Jennifer Connelly, Cillian Murphy y Mélanie Laurent, generaron un fuerte aura de misterio y curiosidad entre los miembros de la prensa, quienes hoy acudieron en masa a la sala con ganas de ver si se habían cumplido o no sus apuestas.

¿Los resultados? A ver, si somos justos, lo más correcto sería permitir que en el cinéfilo permanezca ese idéntico halo de inquietud hasta que mire la película y juzgue por sí mismo. O al menos hasta que aparezca su trailer oficial, ese cortometraje publicitario que por desgracia cada vez parece más un resumen de la cinta en cuestión que una discreta -y efectiva- muestra de lo que se observará. Únicamente adelantaremos que, si bien es evidente que Llosa ha adquirido una gran madurez en el oficio, la suya no es una cinta para todos los gustos. De hecho, y pese a los potentes nombres que engalanan los créditos, Aloft difícilmente podrá ser atractiva para las masas que acuden a los cines. Ello, por otra parte habla bien de ella, pues denota que pudo defender esa cosa tan difícil de conservar en la industria que se llama independencia artística.

Así las cosas, es probable que el filme funcione mejor en Europa que en Estados Unidos, mientras que el territorio latinoamericano quedaría rociado con el beneficio de la duda. La razón de tales pronósticos obedece en mucho a la temática de su historia y a la manera que es contada: abandono, rabia, dolor y búsqueda son elementos que se encuentran todo el tiempo presentes, así como la presencia de paisajes helados y blanquísimos –la fotografía es impecable– que no hacen sino aumentar la desolación y el sentimiento de angustia. Menos ortodoxa es la presencia de cierto, llamémosle, ingrediente mágico, y es justamente éste último el que podría dividir en 2 bandos al grupo de espectadores. 2 bandos que, valga decirlo, me parecen incompatibles.  

Les diría a cuál pertenezco yo, pero a mí también me gustan los aires que despiden aromas a misterio y curiosidad.

Nos vemos en 2015.

Y gracias de nuevo.

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Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.