Zip y Zap y el club de la canica

En una industria cinematográfica plagada de adaptaciones de comics, novelas gráficas y tiras cómicas, no debería extrañarnos que otros países busquen emular el éxito logrado en Hollywood a través de los homenajes a sus propios impresos. Tal es el caso de Zip y Zap, popular historieta española creada por José Escobar que muestra las numerosas aventuras de los gemelos que dan título al impreso. Zip y Zap y el club de la canica muestra a la dupla enviada a un estricto colegio, en el que los niños son educados al más puro estilo militar. Desesperados por la rigidez de los superiores, los protagonistas fundarán una resistencia infantil llamada el Club de la Canica, la cual terminará viviendo una gran aventura al descubrir que las instalaciones del colegio ocultan un curioso misterio.

De inicio debemos destacar que Zip y Zap y el club de la canica no es una adaptación fiel al impreso, lo cual no debería resultar ningún problema para las audiencias mexicanas, tomando en cuenta que se trata de una historieta poco conocida en nuestro país. A pesar de ello el director Óskar Santos realiza un buen trabajo al entregar un filme divertido que emula algunas de las mejores aventuras familiares de los 80s –el parecido con Los Goonies es inevitable–, pero siempre respetando su propia esencia. Sin embargo esto no quiere decir que la cinta cuente con un guión sólido, ya que éste –a pesar de su curiosa nominación a los Goya– resulta demasiado sencillo y predecible.

Finalmente no podemos olvidar mencionar el trabajo de los jóvenes Raúl Rivas y Daniel Cerezo, quienes ofrecen una buena interpretación a secas, aunque muy alejada de los simpáticos personajes del impreso. Esto se debe en gran parte a que lejos de ser una dupla de niños traviesos, se trata de un par de jóvenes que terminan involucrados en una singular aventura. Eso sí, su labor se ve beneficiada en gran parte por la simplicidad de la historia y por el resto del elenco.

Técnicamente hablando, no debería sorprendernos que la cinta fuera nominada a varios Goyas en categorías técnicas, ya que goza de un muy buen diseño de producción que presta especial atención al más mínimo detalle. Por otra parte la cinta goza de efectos visuales meramente cumplidores, los cuales funcionan perfectamente para una película española de este tipo, pero resultan incomparables con los vistos en superproducciones hollywoodenses.

Al final parece poco probable que Zip y Zap y el club de la canica logren igualar la fama de otras cintas con temáticas similares, sin embargo se trata de un buen esfuerzo ibérico que tiene lo necesario para divertir a los más pequeños y garantizar un buen rato para toda la familia.

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Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.