Canon

Al inicio están Mariana y Julián, arquitecta y fotógrafo de guerra, uno a lado del otro. Al final– y tras los pesos de una vida de pareja– también lo están, aunque no de la misma forma. Pero el comienzo y el fin son lo que menos importa: es lo que sucede entre un punto y el otro, dentro de un matrimonio “ideal” que se enfrenta a la asfixia de la monotonía, lo que construye el argumento de Canon, el nuevo filme del director Mauricio Walerstein (Juegos bajo la luna).

Basado en la novela homónima de Federico Reyes Heroles, el guión nos lleva de la mano, paso a paso, por el amor conyugal de sus 2 protagonistas, interpretados por Plutarco Haza y Mariana Seoane, quien debuta en cine. Los conocemos a través de los ojos de Claudia (Mónica Dionne), mejor amiga de Mariana, quien desde las primeras escenas mira a la cámara y, en calidad de testigo, se instala como la narradora. Su voz en off insiste en guiarnos (quizá un poco más de la cuenta) a través de la suma de instantes que ha llevado a esta pareja hasta donde está: en “la orillita” de la fidelidad (la pregunta aquí es: ¿debe haber tal?).

De una forma no lineal (con flashbacks y saltos en el tiempo) y buscando rescatar las palabras del texto literario, la película narra el primer encuentro, sus noches pasionales, su vida como padres de familia y su infancia. Entreteje estos momentos de una forma inteligente, que logra intrigarnos y adentrarnos en el pasado y presente de ambos personajes. Es una historia sobre la repetición y los ciclos, compleja en su mensaje, y quizá por eso cae de vez en cuando en aquello de las explicaciones excesivas. ¿Qué pasaría si en lugar de revelarnos en voz en off lo que Mariana siente sobre su regalo de aniversario, la hubieran dejado mirarlo entre lágrimas, así, sin más?

Canon es un drama amoroso y familiar contenido, en el que se agradece que todo tenga un cauce firme y tono claro, aún en medio del torbellino de todo lo que sucede en la trama. Sin embargo, esto también es su cruz: lucha contra la tibieza en varios momentos, provocada por esa tendencia a concluir en voz alta y no dejar que el espectador saque sus propias revelaciones. De hecho, da la sensación de que los apuntes literarios de la narradora apoyan aquellas situaciones que no se pueden mostrar con fuerza en imágenes.

Aún así, la película merece un voto de confianza, por sus actuaciones eficaces, la forma en que se construye su historia y sus cuestionamientos controvertidos sobre el concepto de la relación de pareja– que, es cierto, mucho le debe al material original. 

¿Qué es la infidelidad? ¿Puede ésta, de hecho, ayudar a salvar el amor? 

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Jessica Oliva Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.