Amor por conveniencia

Partiendo de una premisa interesante, que bien podría haber salido de un capítulo de La dimensión desconocida, Amor por conveniencia (The  Brass Teapot) juega con la idea de hasta dónde puede llegar la ambición del ser humano por la riqueza.

Alice y John son un joven matrimonio que pasa por una crisis financiera, pero todo cambia al descubrir que una tetera les otorga dinero siempre y cuando se hagan daño, a manera de sacrificio, y esto va desde pellizcos hasta golpes. 

La sinopsis de Amor por conveniencia daba para ir a absolutamente un sinfín de lugares, y es éste es su principal problema, pues vamos desde una comedia indie con toques fantásticos, a una dramedy sobre la relación de pareja para continuar con una cacería por la tetera. 

Así mismo, cuando comenzamos a sentirnos identificados con los personajes, su pronta avaricia hace que los detestemos. Y a pesar de tener todo el dinero que quieran, se siguen vistiendo de manera white trash –aun cuando el personaje de John mencionó anteriormente que no quería convertirse en eso. Ah, y todo esto a pesar de que está el clásico montaje que muestra su transición de pobres a ricos. 

Pero a pesar que los personajes no gozan de un encanto con el público, esta falla no la tienen sus actores. Michael Angarano interpreta de manera correcta al romántico que hace todo por su bella esposa, mientras que Juno Temple demuestra sus capacidades para la comedia. Sin embargo, debido a la forma en la que están construidos los personajes, es imporsible que haya una fluidez natural de su psicología y la mayor parte del tiempo sus intenciones son confusas.
Al final, aunque Amor por conveniencia se disfruta, no logra sobresalir más que por su premisa inicial. Lo positivo es que el tema le permite al público iniciar un debate durante los créditos finales con la ya eterna pregunta: ¿qué harías si tuvieras una lámpara maravillosa?

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.