Rompiendo límites
Esta producción española, cuyo título original es Combustión, inlcuye todos los clichés de una película para adolescentes.
Todos los clásicos elementos deseados en una película para adolescentes –por no decir cliché– se dan cita en Combustión, producción española que llega a México con el nombre de Rompiendo límites. Triángulos amorosos –aunque aquí comienza más bien como un cuadrado–, adrenalina, autos y música sirven como catalizadores del argumento comandado por Daniel Calparsoro.
Se trata de un romance cargado de encuentros pasionales, crimen, transgresión de la ley y carreras ilegales a la que también se le suman guiños de thriller. Esto no sorprende si se toma en cuenta que sus productores estuvieron detrás de un par de apabullantes éxitos en la taquilla de la Madre Patria: Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti, ambas basadas en la novela de Federico Moccia.
Pero mientras la aventura de Babi y Hache conquistó las taquillas de su país natal y eventualmente las mexicanas, Rompiendo límites no tuvo el mismo efecto en su país de origen, pese a que sigue prácticamente al pie de la letra la fórmula –tanto en trama como en realización– de aquellas exitosas adaptaciones. En toda justicia también es cierto que el filme de Calparsoro se enfrentó en 2013 a la tercera odisea de Tony Stark como Iron Man y llevó las de perder.
El que nos atañe es un nuevo tratamiento a la historia de amores imposibles. Babi, Hache y Gin –quien se incorporó a la trama en Tengo ganas de ti– dan paso a Mikel (Álex González, a quien podrían ubicar por sus esporádicas apariciones en X-Men Primera generación como uno de los compinches de Sebastian Shaw), Ari (Adriana Ugarte) y Navas (Alberto Ammann).
Apoyándose en el mismo tipo de montaje –con tomas y un armado de secuencias casi calcadas de las mencionadas producciones–, el director construye una cinta sobre rebeldía narrada con base en una dinámica edición, con secuencias de persecución de incesantes tomas, acercamientos y suspense. A ellas se sobreponen canciones que si bien no embonan con las escenas, pueden ser del agrado del público por su sonido comercial. Claro que cuando éstas tienen lugar, la película da paso a un estilo más de videoclip que cinematográfico.
En fin… Ari es una chica que sirve como carnada para cazar a ricos jóvenes que la invitan a sus casas. Posteriormente su novio Navas y secuaz Nano (Christian Mulas) se infiltran y perpetran audaces y coordinados robos en donde cada uno tiene un papel que interpretar. En sus tiempos libres también se les da ser partícipes de carreras clandestinas.
La banda está al borde del último golpe. El elegido es Mikel, a punto de casarse con una prominente joyera hasta que conoce a Ari. Como seguramente sospechan, a partir de este momento los hechos se desdoblan como se espera dentro del género de la comedia romántica pero con rugidos de motor y matones como para tener qué ofrecerle a todos los públicos.
Si hacen caso omiso de los diálogos cliché y de la estrepitosa caída de ritmo hacia el 3er acto, puede ser entretenida. Como nota al calce, tiene más romance que Rápido y Furioso (The Fast and the Furious), pero menos acción.
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Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
