Un golpe de talento – Crítica

Si existiera el diccionario de subgéneros cinematográficos, la película de Un golpe de talento (Million Dollar Arm) estaría como la definición perfecta de feel good movie. Utilizando al deporte como marco, la película intenta ahondar en las segundas oportunidades, el amor, la amistad y el compromiso a través de la historia de JB Bernstein (Jon Hamm), un agente deportivo inteligente y ambicioso que está al borde de la bancarrota.

Desesperado tras perder a un gran cliente, Bernstein se topa un día en la televisión con un partido hindú de Cricket y uno de tantos realities de cantantes. Se le ocurre entonces hacer un concurso en la India para descubrir al mejor lanzador de pelota, al que además de un premio en efectivo, se le dará la oportunidad de ser entrenado y posteriormente introducido a las ligas mayores de béisbol en Estados Unidos. 

Un golpe de talento en general se desarrolla a través una serie de situaciones tan difíciles de creer y por momentos tan adornadas, que uno empieza a pensar que al guionista se le pasó la mano en su intento por aderezar la trama. Resulta asombroso, entonces, enterarse de que la historia es real. 

Si bien Un golpe de talento tiene a favor ser una película familiar muy al estilo Disney, adolece de un terrible título en español, un cierto desperdicio del talento de Suraj Sharma (Una aventura extraordinaria) y Madhur Mittal (Quisiera ser millonario), y demasiados momentos que de tan inspiradores terminan siendo cursis, en una trama que se antoja un tanto local y que pierde mérito al poseer un discurso “moral” que ya se ha escuchado demasiado.

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Claudia Llaca Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.