En el tornado

Después de un
trágico prólogo, que nos muestra la inmisericorde y letal fuerza de los tornados,
conocemos a un grupo de cazadores de tormentas. Están equipados con vehículos
especiales y persiguen estos poderosos fenómenos climatológicos en Oklahoma.
Entre ellos se encuentra una dedicada meteoróloga. Los tornados aumentan de
intensidad, dejando a su paso destrucciones cada vez mayores.

Prácticamente
todos los personajes principales de En el tornado (Into the
Storm) tienen un pretexto para utilizar cámaras y registrar lo que
sucede a su alrededor. Ya sea porque se trata de documentalistas, preparatorianos
con la tarea de grabar testimonios o de improvisados artífices de videos
estúpidos y riesgosos para YouTube. O simplemente porque alguien tiene un
teléfono celular en la mano.

Este tipo de
tomas subjetivas, que recordamos desde El proyecto de la bruja de Blair,
Cloverfield y muchos otros filmes, son las que pretenden brindar
identidad a la película. Además, por supuesto, de los efectos especiales que
ciertamente son espectaculares. Sin embargo, estos no son nada novedosos para
un cine comercial que se nutre cotidianamente de imágenes generadas por
computadora.

Desafortunadamente,
el entretenimiento escapista que muchos cinéfilos disfrutamos se diluye en una
trama simplona, incoherente y plagada de absurdos.

¡Claro que
resulta visualmente atractiva la imagen de varios aviones que son levantados
por la fuerza de un tornado! La escena, por cierto, aparece en el trailer
promocional. Pero En el tornado olvida por completo que está
ubicada en un pequeño poblado, que no podría tener un aeropuerto de esas
dimensiones. O tal cantidad de aviones Jumbo.

El Director Steven
Quale pareciera que sigue dirigiendo una despersonalizada 2a unidad, donde
radica parte de su experiencia profesional. Además, el realizador intercala de
manera arbitraria las tomas subjetivas, con otras que simplemente no justifican
la perspectiva mostrada a través de ninguno de sus personajes, cuyos
protagonistas son interpretados por Sarah Wayne Callies y Richard
Armitage.

Aun así, el
verdadero desastre lo compone la multitud de historias que a nadie importa. No
nos podría interesar si estos individuos sobreviven o no. Y menos aún sus
moralejas, más propias de una telenovela que de una película veraniega.

¿El primer
párrafo sonó familiar? La premisa descrita aplica para 2 películas separadas
por 18 años de diferencia. Tan sólo en comparación, el esparcimiento fílmico
del Twister (1996) de Jan de Bont –producida por Spielberg– hoy
pareciera alcanzar una puntuación mayor en la escala Fujita, que es la que mide
la intensidad de los tornados. 

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.