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Cine

El justiciero

25-09-2014, 11:13:59 AM Por:
El justiciero

Más que un thriller inteligente, El justiciero le apuesta a ser un espectáculo visceral entretenido.

Cine PREMIERE: 2.5
Usuarios: 4.5
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“¡¿Quién eres?!”. Esa es la pregunta que los múltiples villanos de El justiciero (The Equalizer) le gritan constantemente a Robert McCall, el vengador citadino que, encarnado por Denzel Washington, bien podría ser la mezcla de Sherlock Holmes, Jason Bourne, Batman y todos los personajes de Liam Neeson juntos.

Esta especie de caballero de la noche de mediana edad –uno casi espera que se le salga un “I’m Batman” en cualquier momento– nunca responde a la pregunta sobre su identidad, pero deja todo muy claro desde el principio: ni la mafia rusa tiene la más mínima posibilidad ante tales habilidades. Listo, todo ha quedado resuelto en la primera media hora y sólo nos queda esperar a que el continuo ajusticiamiento de malhechores sea al menos ingenioso y entretenido. Pero, ¿lo es?

La respuesta es no. Aun con todas las peleas y actos de escapismo, la película se queda bastante corta en ambas cualidades.  

Dirigida por Antoine Fuqua (Olimpo bajo fuego) –quien ya había trabajado con Washington en Día de entrenamiento y escrita por Richard Wenk, The Equalizer está basada en la serie de televisión homónima de los 80. En ella, un hombre retirado se dedica a neutralizar a los maleantes, como una suerte de enigmático ángel neoyorquino que siempre llega en el momento justo. En esta ocasión, sin embargo, el guión traslada la historia a Boston y nos muestra sus inicios como vigilante, cuando escucha su llamado por primera vez y decide patear algunos traseros rusos “porque puede”.

Contrario a lo que sucede hacia el final, la película tiene un inicio moderado e intrigante. Robert McCall (Washington) es un trabajador de Home Depot: meticuloso, rutinario y bien leído. En la cafetería que frecuenta cada noche hace amistad con Alina (Chloë Grace Moretz), quien resulta ser la víctima de una red de prostitución operada desde Moscú. Tras ser testigo del maltrato, McCall intenta liberarla: es así como todos los criminales del mundo se le vienen encima y la historia se le sale a Fuqua de control.

La continua sensación de que ya hemos visto esto una y otra vez no es el problema más grande: es más, ni siquiera lo es la lluvia de clichés narrativos y visuales que pueblan el argumento. El contratiempo principal es que con todo y esas cámaras lentas, entradas ceremoniosas y escenas típicas del héroe indestructible que camina dándole la espalda a la explosión, la aventura resulta cansada, larga y aburrida.  

Más que un thriller inteligente, El justiciero le apuesta a ser un espectáculo visceral entretenido, para lo cual sus casi paródicos momentos y humor involuntario no hubieran sido gran obstáculo. Sin embargo, hacia el final, la cinta se convierte en una pesada letanía de ajusticiamientos predecibles, con demasiados adversarios –¡¿faltan más?!, dijo una voz desesperada en la sala– y tomas innecesarias que apuntan a una dirección deficiente.

Después de todo, Denzel Washington podía habernos hecho creer lo que fuera.

 

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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