Dariela los martes

Coqueteándole sin reservas al cine experimental, Dariela los martes es más una colección de imágenes aisladas, que un intento de contar una historia lineal y narrativamente convencional. En esencia, la cinta lidia con la naciente relación amorosa entre 2 personas: Dariela (Paola Núñez), una actriz en una búsqueda al parecer eterna y Rodrigo (Maurico T. Valle), un cineasta con opiniones definidas y muy claras para él. El contraste entre “el sabelotodo” y “la ingenua” perdida es palpable. 

Habría que aclarar que decir que Dariela los martes está construida de “imágenes aisladas” no significa que no tengan coherencia, ni que se sientan desconectadas la una de la otra. Al contrario. Pero lo que las une no es necesariamente una progresión lineal de eventos, sino una colección de sentimientos. Como un collage. Uno cuyo resultado final sólo se puede apreciar cuando se ve la pieza como un todo. Es claro que la intención de la película es, a través de esos momentos aislados, desmenuzar y esclarecer las emociones y momentos que existen dentro de una relación. Aquellos que, por naturaleza, no siempre pueden ser tan explícitos o tangibles. Por lo mismo, quizá resulte una experiencia difícil para el público casual, aunque no necesariamente desagradable.

El aspecto en el cual la cinta encuentra su barrera más grande, es con su ritmo. Si bien las conversaciones –y vaya que hay muchas– funcionan para adentrarnos un poco en la mente de cada uno de los personajes, su poca diversidad visual hace que esas secuencias se sientan pesadas y algo cansadas. De igual forma, algunas de sus secuencias más desconectadas del resto de la película (como aquellas rodadas en diferentes materiales fílmicos) en lugar de contribuir al sentido general de cohesión que debería estar buscando, se sienten como distractores y llevan nuestra atención a la forma, cuando deberíamos estar viendo el fondo.

Al final, Dariela los martes es un buen trabajo nacional de experimentación narrativa y fílmica de bajo presupuesto, aunque se queda corta frente a autores más accesibles, pero con el mismo espíritu “hagámoslo ahora mismo” como los directores Joe Swanberg (Drinking Buddies) o Lynn Shelton (Touchy Feely). Reservada únicamente para los espectadores más clavados.

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J. Ivan Morales Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.