Relatos salvajes

Los créditos iniciales de Relatos salvajes demuestran sutilmente uno de los tantos mensajes de la película: el hombre y los animales no son muy diferentes entre sí cuando se pierde el control. 

Presentada en formato de cortometraje, con la violencia como única conexión, Relatos salvajes comienza de una forma brutal y nunca se detiene. Las 6 historias cortas entregan una gran dósis de humor negro y crítica social, donde los personajes van perdiendo los estribos o son víctimas de situaciones fuera de control.

Damián Szifrón demuestra en ésta su tercer película (La primera y un tanto floja El fondo del mar y la segunda un gran comedia: Tiempo de valientes) que es un narrador de historias nato. Para ello basta con ver su impresionante currículum como escritor, desde sus ya mencionados largometrajes, hasta la creación de clásicos de televisión como lo son Hermanos y detectives y sin duda una de sus obras maestras: Los simuladores, en donde 4 hombres tenían una agencia que simulaba escenarios para ayudar a personas en desgracia.  

Y es ahí donde Los simuladores y Relatos salvajes comparten mucho. Quien haya visto la serie de televisión (ya sea su versión mexicana o mejor aún la argentina, disponible en YouTube) sabrá que cada capítulo se dividía en un caso corto previo a los créditos iniciales y posteriormente el caso principal. Las historias previas a los créditos eran sumamente redondas con construcción de personajes secundarios en segundos. Por lo que no es de extrañar que en Relatos salvajes conozcamos a sus protagonistas de una manera que hace palidecer a muchos largometrajes. 

Sí, siempre que se presenta una película que está construída a base de cortometrajes está el riesgo que haya unos más interesantes que otros, pero con Relatos salvajes no es así, siendo probablemente la historia del corto titulado «La propuesta», la que llega a romper el ritmo al que nos tenía acostumbrados Szifrón, y el que menos goza de esos toques de humor, pero que sigue teniendo un impacto en la narrativa. 

El elenco en cada historia está muy bien seleccionando, siendo los novios del último relato los que sorprenden por el arco psicológico que manejan. Punto aparte para Ricardo Darín, quien en un papel similar al de su protagónico en Cuento chino (2011, Dir. Sebastián Borensztein) ofrece uno de sus papeles más memorables y que será la catársis para todo aquel que sufra la desgracia de hacer trámites burocráticos. 

Relatos salvajes es en parte producida por El deseo, compañía de Pedro Almodóvar; pero a quien hay que seguir, para aquellos que quieran encontrar trabajos interesantes de Argentina, es al ganador del Oscar por El secreto de sus ojos, Axel Kuschevatzky, quien ha producido los más recientes éxitos albicelestes: Cuento chino, Tésis sobre un homicidio, Séptimo (todas ellas con Ricardo Darín), El secreto de la felicidad y Corazón de León, esta última próximamente un remake mexicano. 

Día a día, especialmente en las grandes ciudades, es cada vez más normal que existan episodios de violencia que nos rodean, ya sea desde un tráfico infernal, comentarios pasivos agresivos hasta el bullying, y Damián Szifrón utiliza la comedia para demostrar los niveles a los que puede llegar el ser humano, lo ridiculiza, pero también pone el dedo en la llaga a la hora de mostrar las consecuencias a las que podemos llegar donde al final, nuestra diferencia con el reino animal no es muy grande.

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.