Sherlock: The Abominable Bride

ADVERTENCIA: ESTA RESEÑA INCLUYE IMPORTANTES SPOILERS DEL ESPECIAL DE SHERLOCK.

Sir Arthur Conan Doyle entregó al mundo más de 60 historias de su personaje más famoso, Sherlock Holmes, a través de 4 novelas y 5 colecciones de relatos. Y aunque algunas películas en cine han sido muy buenas –otras un gusto adquirido, como el par con Robert Downey Jr.– la verdadera esencia del personaje ha sido perfectamente trasladada al presente con la genialidad de Mark Gatiss y Steven Moffat desde 2010 y con 3 breves, distantes pero sólidas temporadas que nos han tenido al borde del sillón.

Por eso, la entrega del inesperado especial de Año Nuevo apropiadamente llamada Sherlock: The Abominable Bride demuestra cómo una pequeña mención en uno de los relatos de Conan Doyle pudo dar pie a una de las tramas más cerebrales y sorprendentes en lo que va de la saga. Contrario a lo que pensábamos –y aquí es donde comienzan los spoilers, ULTIMA ADVERTENCIA– no es una aventura alterna, sino una semi-secuela del sorprendente cliffhanger que entregó el final de la temporada 3 el año antepasado.

Sherlock y Watson están “donde deben estar”: en la Londres Victoriana, y de alguna manera se vuelve a narrar el origen de estas versiones alternas de los grandes amigos investigadores. Ya no es necesario justificar “el gorrito ridículo” ni el gran mostacho, y mucho menos los telegramas en lugar de SMS y el uso de morfina y cocaína para “ensanchar la mente” del asombroso y necio detective, lo que permite que la historia fluya mucho… digamos “mejor” para fines del caso y la narrativa, al menos hasta que se revela que todo es parte del alterado palacio mental de Holmes. A partir de allí, sí se necesitan altas dosis de concentración por parte del televidente para que no se pierda en un continuo vaivén de épocas y rápidos diálogos. ¡Esa escena cúspide entre Holmes y Moriarty es estupenda, y por alguna extraña razón nos recordó la batalla final entre Batman y el Joker en Arkham Knight!

Como era de esperarse, las actuaciones de Benedict Cumberbatch y Martin Freeman son geniales, aderezadas por Gatiss como un obeso Mycroft y un fantasmal Moriarty por el impecable Andrew Scott. El siniestro papel de la novia abominable es espectacularmente ejecutado por Natasha O’Keeffe y lo que en verdad me sorprendió fue la limpia dirección de Douglas Mackinnon, quien irónicamente también dirigió el no tan afortunado especial navideño Doctor Who: The Husbands of River Song.

No lo tomen a mal (y no por eso disminuye la calificación, pues la grandeza del episodio, su historia, fotografía y actuaciones nada tienen que ver con esta percepción personal), pero lo único que me desagradó fue el especial énfasis al uso de drogas para “potenciar la mente”. Es cierto que el tema se expone en la obra original (incluso de una forma más cruda), pero ese no es el mensaje correcto para el televidente joven (ni adulto). Las drogas NUNCA, de ningún modo, incrementan la inteligencia ni convierten a alguien en un genio. ¡Digan NO, como sabiamente instaron Watson, Mycroft, Mary y Lestrade al terco Holmes!

En conclusión, un especial para TV que fija la muestra de grandes producciones para la pantalla chica en 2016. ¿Cuál serie se atreverá a desbancar este nivel tan alto? ¡Los retamos, Game of Thrones, The Walking Dead, Legends of Tomorrow y Luke Cage!

Lo que es un hecho, es que tendremos más Sherlock en 2017. ¿Poesía o verdad? ¡Muerto es el nuevo sexy!

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Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.