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Cine

Guerra de papás

27-01-2016, 12:30:47 PM Por:
Guerra de papás

Una comedia de “pastelazo” más que dice y aporta poco.

Cine PREMIERE: 2.5
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Tiempo atrás, en 1998, Susan Sarandon y Julia Roberts tocaron fibras sensibles con el drama Quédate a mi lado (Stepmom). En aquella película, una madre moribunda y una madrastra entraban en pugna por el cariño de dos niños, mientras lidiaban con la idea de la responsabilidad y la ausencia. Sin embargo, con un tono de comedia desenfadado y menos profundo llega la versión masculina de los hechos en Guerra de papás (Daddy’s Home), que reúne por segunda ocasión a Will Ferrell (Brad Whitaker) y Mark Wahlberg (Dusty Mayron) en una historia liviana y estereotipada no exenta de clichés, pero efectiva para cosechar la risa inmediata e inconsecuente. 

El filme entretiene y presenta situaciones divertidas sin ofrecer más capas para explorar. Muchas de ellas son bastante predecibles o exageradas pero no consiguen escapar de la fórmula de las películas de Sean Anders (Ese es mi hijo, Quiero matar a mi jefe 2) ni de las comedias familiares en las que hay una notoria rivalidad ente dos personajes (como Los Fockers: La familia de mi esposo), ésta, por cierto, es la gasolina de la película y plantea su tono, ritmo y energía. 

Will Ferrell se muestra un poco más contenido (y menos exasperante, para quienes no sean fanáticos de sus cintas) como Brad, un padrastro inseguro que huye del conflicto y la confrontación. Su carácter débil, conciliador y sumiso lo distingue de otros personajes que han cimentado su carrera en la pantalla grande. Desde el patético «donjuán» de Los cazanovias (Wedding Crashers), hasta el líder noticioso con el bigote más notorio del planeta, Ron Burgundy en Al diablo con las noticias (Anchorman). 

Su rol dentro de Guerra de papás es completamente opuesto a la figura de Mark Wahlberg en su faceta de Dusty, el padre biológico cool y badass que regresa para marcar su territorio. El actor explora por completo su vena cómica y se deja ir en las situaciones enumeradas por los guionistas, que van de la extravagancia, la barbaridad y la incomodidad, hasta lo descaradamente soez. De hecho, esta última característica suele ser una constante que ha acompañado a la comedia liviana de las películas de Ferrell en busca de la risa fácil, mas no sustentada en la creatividad.

Y eso es justamente el mayor contratiempo de Guerra de papás. El extremo que representan los dos protagonistas y las respuestas pasivo-agresivas de Wahlberg no ofrecen nada nuevo bajo el sol, únicamente muestran la buena química que existe entre estos dos astros hollywoodenses, la cual ya habían demostrado en Policías de repuesto (The Other Guys). En aquella cinta de 2010 y bajo la dirección de Adam McKay (que aquí produce) dieron vida a una pareja-dispareja de policías neoyorquinos que quiere ganar renombre, pero ven cómo fracasan sus planes.

Quien en esta ocasión los acompaña es Linda Cardellini. Tras su espectacular trabajo dramático en la serie Bloodline encarna un papel sin grandes complicaciones como la mujer que queda en medio de la competencia entre este par de padres que contienden por ganar el amor y respeto de los hijos con todo tipo de artimañas y buenas intenciones. No obstante, la presencia de la actriz es tristemente desperdiciada. Está limitada a una mínima aparición a cuadro y poca participación en el desarrollo de las calamidades que golpean la vida de Brad Whitaker y Dusty Mayron después de que sus mundos colisionan y gestan una comedia más de “pastelazo”. 

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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