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Cine

Déjame entrar

27-02-2009, 10:17:26 AM Por:
Déjame entrar

Imprescindible –y superior, con creces, a Crepúsculo–, más allá de si nos gusten o no los vampiros.

Cine PREMIERE: 4
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El cine de vampiros, sobre todo el filmado a partir de la década de los 80, ha servido de alegoría, es decir, se ha recurrido a estos seres, y a sus víctimas, para retratar tal o cuál asunto sociocultural. Tal es el caso de bodrios como Crepúsculo (2008), un refrito de la magnífica Los muchachos perdidos (1987), de Joel Schumacher. En el primer caso se trata de cómo enamorarse de un vampiro y permanecer virgen; en el segundo, de cómo no ser un vampiro y así evitar transformarse en un drogadicto.

Lejos de toda alegoría, aparece Déjame entrar, el largometraje más reciente del sueco Tomas Alfredson y su primer y exitoso estreno más allá de su terruño. La historia es sencilla: Oskar, un niño en apariencia desadaptado, puerquito de su clase, se enamora de Eli, una eterna niña vampiro. ¿Por qué la sedienta Eli no se alimenta de la sangre de Oskar? Quizá para evitar la suerte de David Bowie en El ansia (1983), de Tony Scott, filme con el que no es difícil establecer un honorable parangón. Lo que Eli busca es, en realidad, un nuevo compañero de vida, ya que el suyo, un adulto tal vez demasiado humano, ha perdido la pericia para hacerse cargo de ella. Situada en los aparentemente deslavados 80, la película de Anderson es de una belleza pasmosa, no sin un dejo necesario de muy bien elegidas –y filmadas– escenas gore. Pero lo más importante de Déjame entrar es su tratamiento de la etiqueta del vampiro, y de allí el título, que en realidad y en una traducción literal es “Dejad que el indicado entre”: un vampiro no puede entrar a nuestra casa si no le cedemos el paso. Sólo así, entonces, es posible la relación entre Oskar y Eli: el primero le permite la entrada a su vida a la segunda; y el amor, basado en la más prístina amistad, se consuma. Nada de patrañas virginales ni drogadictas –y ya veremos de qué va la versión de Hollywood, porque ya se produce, ante la incapacidad de los americanos de encarar el mejor cine extranjero–: Anderson ha filmado una hermosa historia de amor, estética y argumentalmente deslumbrante, basado en la novela homónima de John Ajvide Lindqvist, responsable último de su adaptación al cine.

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autor Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
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