Amor dolor y viceversa – Crítica
La cinta es atractiva en gran parte por las buenas actuaciones de los involucrados y la producción de primera, especialmente la fotografía.
Amor dolor y viceversa es un thriller psicológico que narra la historia de Consuelo (Bárbara Mori), una exitosa profesionista quien está obsesionada con un hombre que aparentemente sólo vive en sus sueños. Entonces, finge un abuso sexual para así poder recurrir a la policía y encontrarlo. Poco a poco este plan inocente nos va mostrando las verdaderas intenciones del personaje y es entonces cuando conocemos a Ricardo (Leonardo Sbaraglia), el hombre en cuestión.
Esto es apenas la mitad de la película, y es aquí donde radica su mayor problema, ya que, muy a pesar de su ritmo fluido, la trama se siente ya cansada, y se torna algo reiterativa. Inicia una serie de flashbacks, donde paulatinamente vamos descubriendo el pasado que comparten los personajes y en sólo unos cuantos minutos la trama revela su secreto y pierde el misterio, dejándonos únicamente a la expectativa de cómo se resolverá. Aún así, la cinta sigue siendo atractiva en gran parte por las buenas actuaciones de los involucrados –parece que al fin Mori olvidó las telenovelas– y la producción de primera, especialmente la fotografía. Ciertamente, sí le hace falta jugar un poco más con elementos del género, pero aún así logra salir airosa.
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