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Cine

La versión de mi vida

18-05-2011, 4:55:58 PM Por:
La versión de mi vida

La actuación de Giamatti es entrañable, pero nunca sabemos qué motiva al personaje.

Cine PREMIERE: 2.5
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El que un libro se convierta en un best seller inteligente y lleno de sabiduría, no significa que necesariamente se transforme en una gran película. De hecho, la mayoría de las veces algo de la voz del autor se pierde en el camino. Este es el mal del que padece el la no-tan-chistosa adaptación de la amada y muy graciosa novela Barney’s Version de Mordecai Richler, publicada en 1997 y adaptada al cine por Richard J. Lewis.

Es una lástima, ya que el material base es jugoso y el reparto nos ofrece momentos cinematográficos memorables: sin embargo, todo esto queda apachurrado entre el ir y venir temporal, entre los pegotes de escena sobre escena a las que el director no les saca todo el jugo que podría. Paul Giamatti entrega una actuación magnífica como Barney Panofsky, un judío canadiense mujeriego y obsesionado consigo mismo. Es, además, el productor de una telenovela que lleva mucho tiempo transmitiéndose. La cinta comienza en el momento en que Barney le hace una llamada telefónica de broma a su tercera exesposa (Rosamund Pike): es media noche y le pregunta al esposo actual (Bruce Greenwood) qué hacer con las fotos de desnudo que tiene de ella. Esto conduce a un flashback en el que vemos su vida Bohemia en Roma, en 1974 (en el libro era París), en donde se casó con su primera esposa (Rachel Lefevre), cuya muerte llevó a que Barney conociera a su segunda esposa. En la boda con ésta se topó a la que se convertiría en su tercera esposa (Pike). Además, hay una subtrama que podría ser rica, pero se queda corta: Barney se convierte en sospechoso del asesinato de su amigo escritor (Scott Speedman), quien se acostaba con la segunda esposa. Estos no son spoilers, es sólo la manera en la que se desarrolla la trama: nos perdemos mientras la historia zigzaguea, tal vez un poco como Barney mientras batalla con las primeras etapas del Alzheimer. Ah, pero él es un personaje ficticio, y nosotros la audiencia: ¡nosotros no deberíamos de extraviarnos!

La actuación de Giamatti es entrañable, pero nunca sabemos bien a bien qué lo motiva… y deseamos que fuera así. Mientras que el libro semi-autobiográfico lleva al lector en un viaje emocional en el que descubrimos lo que un tipo –Barney– sintió y pensó y deseó y lamentó durante su vida, el filme nos deja preguntándonos por qué debería de importarnos.

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autor Es escritora, fotógrafa, cineasta y vive en Hollywood con su esposo y su traviesa cachorrita Airedale. Promete estar más activa en Twitter y espera que el guión que escribió con su hermano se convierta en película.
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