Medianoche en París
Es encantadora y con sutileza nos recuerda el pasado sin quedarse perdida en él.
¿Alguna vez has fantaseado con tener una conversación con tus héroes literarios del pasado? La nueva cinta de Woody Allen, melancólica y con viajes en el tiempo, nos lleva ahí y el resultado es un gusto inesperado, abrumadoramente inteligente y mágico. Decir que es el mejor trabajo del director en años no sería justo para Vicky Cristina Barcelona o Match Point, pero esas dos son excepciones en una larga lista de cintas poco sobresalientes del prolífico, pero inconsistente cineasta.
Una constante en el trabajo de Allen siempre ha sido su adoración del pasado, desde su amor al cine blanco y negro, hasta el jazz en sus comienzos. Aquí, Gil (Owen Wilson) confronta a su propia obsesión con el pasado, echando a menos su carrera como guionista y soñando con vivir en el París de los 20 escribiendo novelas. Wilson está esencialmente representando a Allen y entrega la actuación de su carrera como un artista que lucha por entenderse con las realidades del presente mientras sueña con un pasado que parece infinitamente más interesante y cálido.
De vacaciones en la ciudad francesa con su insípida prometida Inez (Rachel McAdams) y sus pretensiosos padres, Gil se siente más desconectado de ella que nunca antes, como si estuviera buscando algo que no puede encontrar. Luego, en una caminata a altas horas de la noche después de varias copas de vino, un viejo Peugeot se detiene, le invita a abordar y Gil inexplicablemente acepta. Cuando llegan a la fiesta él reconoce varios rostros, pero de otro tiempo. ¿Está alucinando? ¿Ése podría ser Cole Porter? ¿F. Scott y Zelda Fitzgerald? ¿Picasso? Y las luminarias continúan llegando, al igual que el auto al dar las 12 las noches siguientes. Salvador Dalí, Hemingway, Gertrude Stein y una misteriosa musa (Marion Cottilard). ¿Suena cursi? Es encantadora y con sutileza nos recuerda el pasado sin quedarse perdida en él, mientras luchamos con la realidad de nuestras vidas en el aquí y el ahora.
Advertencia: ¡Por favor no juzguen esta cinta por su trailer!
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Vera Anderson Es escritora, fotógrafa, cineasta y vive en Hollywood con su esposo y su traviesa cachorrita Airedale. Promete estar más activa en Twitter y espera que el guión que escribió con su hermano se convierta en película.
