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El perfeccionismo de David Fincher no sólo es evidente en toda su filmografía sino que lo refleja más allá: es el hombre que no oculta su odio, literal, hacia Alien³ (1992) señalando que las decisiones que tomó 20th Century Fox todas fueron erroneas, en donde de hecho tuvo que temporalmente secuestrar a Sigourney Weaver para filmar una escena que el estudio no lo dejaba hacer y que finalmente quedó en el corte final, o para el propio Jake Gyllenhaal quien por dentro se deshacía en lágrimas al escucharlo decir en la toma ventitantos de una escena de Zodiaco (2005) “bien, quedémonos con esta, borren el resto” gracias a que la cinta se filmaba en digital.

 

Para Fincher su primer cinta como director es y será Se7en (1995) un redondo thriller en el que dos policías debían encontrar a un asesino serial que basa sus crímenes bajo los siete pecados capitales. El éxito en taquilla y crítica fue tal, que el escuchar cualquier proyecto que involucre asesinatos e investigación bajo el sello del director hace que las expectativas crezcan al doble y con la adaptación del primer libro de Stieg Lersson, Los hombres que no amaban a las mujeres se convierte en un evento cinematográfico, ¿cumplió las expectativas?

 

El periodista Mikael Blomkvist (Daniel Craig) se ve involucrado en un escándalo que lo obliga a “tomar un descanso” e investigar el caso de una chica desaparecida, y por azares del destino se le une Lisbeth Salander (Rooney Mara), ahora ambos buscarán a un asesino de mujeres. Steven Zaillian adapta la obra de una manera sutil, sin embargo es Fincher quien va presentando a los personajes de una manera detallada, sin prisas y por momentos un tanto pausado, hasta llegar al primer nudo de nuestros protagonistas.

 

Este ritmo lento de un inicio es más notorio (algunos podrían pensar en que se ve afectado) gracias a que La chica del dragón tatuado goza de una de las mejores secuencias de créditos iniciales que se hayan visto en muchos años. Así como David Fincher colaborara con Trent Reznor en los títulos iniciales de Se7en donde señalaban aspectos de John Doe, para esta ocasión el director hace equipo con el vocalista de NIN, Karen O y Tim Miller, director creativo y fundador de Blur Studio, quienes en poco más de 2 minutos 30 segundos no presentan de una manera hermosa, el pasado obscuro e infernal de Lisbeth Salander.

 

Así mismo regresa la dupla ganadora del Oscar por Mejor score (Red social, 2010) Trent Reznor & Atticus Ross presentando un trabajo cercano a las 3 horas de duración, en donde guitarras y sintentizadores hacen una extensión más del mood en de la dupla Salander-Blomkvist. Otro aspecto que sobresale es la fotografía de Jeff Cronenweth, quien sutilmente logra mantener una misma paleta de colores fríos, aún y cuando el calor de los flashbacks parece inundar la pantalla.

 

Finalmente, llegan las inevitables comparaciones con Los hombres que no amaban a las mujeres (Niels Arden Oplev, 2009), definitivamente la adapatación americana goza de una producción impecable, que no es que la sueca no la tenga, sin embargo el cuidado detalle al diseño de producción, audio, edición, fotografía y lenguaje cinematográfico, es más loable en la versión de David Fincher. 

Y es en el apartado de la historia donde no hay muchos cambios, salvo una ligera modificación hacia el desenlace de la chica asesinada y un eterno final que se parece extenderse hacia el infinito. 

 

“¿Qué Lisbeth Salander es mejor?” Será una discusión entre los fanáticos de la trilogía Millenium. Noomi Rapace le imprimía mucha más energía y violencia en su estado más puro, mientras que Rooney Mara le da ese sello de chica con una inteligencia más allá de lo común.