Del otro lado de la puerta

Lo primero que hay que reconocer de producciones como ésta –colaboración entre Reino Unido y la  India–  es que no engañan a nadie: desde un principio hacen evidente que no tienen mayores pretensiones más que la de ofrecer entretenimiento con base en una historia capaz de atrapar al espectador por un rato y que pueda provocarle algunos sobresaltos a través de mecanismos sencillos y sin complicaciones. Claro que esta honesta renuncia de aspiraciones no implica que se deban pasar por alto sus deficiencias, que las tiene, y muchas.

Ubicándose directa y conscientemente dentro del campo del cine de serie B –más por su austeridad en cuanto a recursos que por su lenguaje fílmico–, Del otro lado de la puerta (The Other Side of the Door) sigue los pasos de María, una mujer que vive con su familia en un poblado hindú. Debido a la muerte de uno de sus hijos, en una accidente en el que ella también estuvo a punto de perecer, vive angustiada con su pequeña hija Lucy y su esposo Michael,  sufriendo pesadillas y culpándole constantemente. Al ver que no puede superar la pérdida, una mujer que le ayuda con la casa y también como niñera le ofrece la posibilidad de comunicarse con el alma del niño fallecido, para despedirse y dejarle ir de una vez por todas. Para ello solo debe seguir paso a paso, las indicaciones de un antiguo ritual, con una advertencia incluida, que por supuesto nuestra protagonista pasará por alto, acarreando terribles consecuencias, al romper el equilibrio entre el mundo de los vivos y los muertos.

Quizás un tanto inspirada –o al menos eso podría pensarse– en el relato La pata de mono,  del autor británico W.W. Jacobs (que nos advierte así “ten cuidado con lo que deseas”),  se trata de una premisa bien definida y con los ingredientes ideales para seguir paso a paso la receta de una película de fórmula, cuya escasa originalidad –empezando por que uno de los monstruos correspondientes parece sacado de las recientes películas de terror asiático– está en los exóticos lugares que le sirven como escenario, pero que tampoco son aprovechados por completo. También hay originalidad en algunos giros en la trama, que si bien le llevan de un lugar común a otro, y no evitan que sea predecible, al menos mantienen el interés en el desarrollo.

En ese sentido, la manufactura del director alemán Johannes Roberts evidencia su vocación de artesano fílmico  –algo que se podía ver ya en otros de sus trabajos previos, dígase Storage 24 y Roadkill–,  manteniendo la estructura y los puntos de tensión, para ofrecer algunas atmósferas inquietantes y opresivas, que le sirven para arrancar al espectador algunos buenos gritos. También hay que mencionar que los actores se mantienen con decoro en el tono requerido, sobre todo la estadounidense Sarah Wayne Calles (recordada por interpretar a Lori en The Walking Dead, además de a Sara Tancredi en Prison Break), Jeremy Sisto (de la serie The Returned de Netflix), y la niña Sofia Rosinsky, quien se mantienen bastante creíbles a pesar de todo.

Así pues, Del otro lado de la puerta  es una película menor, que no escapa a los convencionalismos y deambula por una mediocridad un tanto descarada, pero que gracias al oficio del director, consigue algunas secuencias perturbadoras. Y si se va con cierta predisposición puede resultar medianamente entretenida. Ya cada quien sabrá si, bajo tal advertencia, deciden ir y abrir la puerta.

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Jesús Chavarría Critico de cine y cómics. Critico en Cine con Kristoff de Telehit. Fue editor de Stageone México. Colaboró con Playboy, Chilango y la edición mexicana de Archie. Hoy escribe para La Razón y Mórbido Magazine. Conduce el programa de radio y Tv, Rocket.