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Cine

Duro de cuidar – Crítica

26-08-2017, 3:08:54 PM Por:
Duro de cuidar – Crítica

Conforme se desarrolla el filme va mostrando varias fracturas argumentales e inconsistencias, tanto en el tono de “comedia” como en su argumento hiperbolizado.

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Ocho semanas antes de que comenzara a filmarse Duro de cuidar (The Hitman’s Bodyguard), contaba un guion “serio”, pero una vez que Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson fueron elegidos como protagonistas, la película dirigida por Patrick Hughes (Los indestructibles 3) se reescribió de forma exprés durante dos semanas para hacerla mucho más cómica y aprovechar la química existente entre sus dos estrellas. “No creo que esta cinta hubiera funcionado de haber sido seria”, dijo a Vice el también actor de Deadpool tras explicar lo sucedido. Pese a los buenos deseos de Reynolds, lamentamos reportar que las modificaciones tampoco resultaron fructíferas.

Como Michael Bryce, Reynolds es un guardaespaldas de élite que se dedica a proteger a criminales o a personas perseguidas por oponentes verdaderamente letales, siempre bajo el lema de que “lo aburrido es mejor”. Irónicamente, su buena fortuna termina en la secuencia inicial; después de jactarse de nunca haber perdido un cliente, el japonés que resguarda en ese momento es asesinado. Convertido en un perdedor del negocio y ya sin su escuadrón élite, una ex que trabaja para la Interpol (la francesa Élodie Yung, Elektra en la serie de Daredevil) le pide que custodie a un criminal que debe rendir testimonio para poner tras las rejas a un genocida ruso, un “despiadado” y desperdiciado Gary Oldman. Ello aunque nunca se habla de que el Darius Kincaid de Jackson tenga pruebas como para acabar con el dictador.

Conforme se desarrolla el filme, éste muestra varias fracturas argumentales e inconsistencias. En primer lugar, el tono de comedia al que se trasladó la idea original es fallido la mayor parte del tiempo. Sí, hay química entre Reynolds y Jackson y de pronto desatan algunas carcajadas, pero sus personajes más bien parecen estereotipos de papeles que han hecho anteriormente. Tenemos a un Reynolds dinámico, de humor ligero y que en muchas secuencias —tanto por él como por el tono de la película— se asimila a su rol en R.I.P.D. Policía del más allá. Por su parte, Jackson es el clásico criminal badass que a la postre demuestra tener un buen corazón o al menos un código de honor que lo distancia del villano de Oldman, aunque eso sí, recurre nuevamente al abuso de la palabra motherfucker para expresar todo tipo de sentimiento o describir cualquier situación. Es obvio que las trademarks de este par y sus acompañantes fueron explotadas en el guion escrito al vapor.

En segundo lugar, Duro de cuidar explota la fórmula de la pareja dispareja que comienza repeliéndose y termina cultivando un respeto mutuo explorada hasta el cansancio en las bromance movies. Pero sin lugar a dudas lo que la caracteriza es una trama hiperbolizada; las situaciones, los diálogos, las escenas de acción y las persecuciones se llevan al extremo hasta un punto en que son excesivas y suplantan al desarrollo narrativo o de los personajes, los cuales también segregan exageración.

El CGI también es un punto flaco dentro de esta producción con un pobre manejo del ritmo, en tres ocasiones parece que el filme culminará pero se extiende y se extiende, como si quisiera confirmar el lema de Michael Bryce sobre que lo aburrido siempre es mejor. ¿Lo rescatable? La coreografía que se desata tras el primer encuentro entre Reynolds y Jackson y ver a este último como el esposo de Hayek, con quien también conforma una pareja dispareja que no se puede ignorar.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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