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Cine

La magia de los sentidos

18-10-2016, 4:38:50 PM Por:
La magia de los sentidos

La magia de los sentidos es una poco convencional historia de amor.

Cine PREMIERE: 3
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¿Cómo es vivir en un mundo que no está hecho para ti? Con esa pregunta lidian diariamente las personas que padecen el síndrome de Asperger, el cual ha sido pocas veces tratado en el cine si se toma en cuenta la gigantesca cantidad de producciones que ven la luz anualmente. Filmes como Mozart y la ballena (2005) –una historia de amor con Josh Hartnett sobre dos personas que padecen esta condición genética– o Adam (2009) –centrada en la relación que tiene el protagonista (Hugh Dancy) con su vecina llamada Beth (Rose Byrne)– son algunos ejemplos. Este padecimiento vuelve a colación a través de La magia de los sentidos (Le goût des merveilles), que sin caer en dramas innecesarios narra un cuento de hadas real, de acuerdo con lo que estipula en los créditos. 

Dirigida y escrita por Éric Besnard, es una sencilla y bella película que difiere de las convencionales historias de amor. De hecho, es más sutil en su intento. Sus protagonistas son imperfectos y ninguno está buscando enamorarse. Louise (Virginie Efira) tiene otras preocupaciones en mente: viuda a cargo del cuidado de sus dos hijos, está endeudada y quiere mantener a flote el negocio de su difunto esposo. Pasa sus días como una arboricultora novata para impedir que le quiten su casa, situación de donde se desprenden metáforas sobre lo que no está dispuesta a dejar ir. Pierre (Benjamin Lavernhe), en cambio, dice lo que piensa sin filtros, no miente, es buena persona, pero su desenvolvimiento social es extraño; padece Asgerger, un tipo de autismo que también le causa una hipersensibilidad –la cual se exalta mediante la edición de sonido–. Se conocen por casualidad, cuando ella está a punto de atropellarlo y comienza así una extraña pero divertida interacción que se traslada a la pantalla en escenas de detallado romanticismo y dulzura. 

Gracias a las características de Pierre, la película logra desafanarse de los clichés propios de la comedia romántica, pues además la acción se desencadena en la apacible vida del campo francés –tiene algunos destellos y tono similares a los de La familia Bélier– y, por ende, no es un romance metropolitano del montón. Más que un amor correspondido e inmediato acude a una dinámica de cortejo bien intencionada, pura y cristalina, derivada de la inocencia del protagonista masculino –que a la vez esconde una inteligencia envidiable, rasgo que puede darse en la gente con Asperger– y la vulnerabilidad de la Louise de Efira. Esto consigue que los momentos predecibles pasen a segundo plano y en el primero La magia de los sentidos desborde encanto y calidez. 

Mucho de ello se debe a las actuaciones, en especial la de Benjamin Lavernhe, que está perfectamente contenida. Él sabe aprovechar su lenguaje corporal para retratar la rigidez de los movimientos de Pierre y su conducta obsesiva-compulsiva e inocente pero nunca pueril. Gracias al contraste que su personaje ofrece en comparación con el resto del elenco, la cinta se rocía de comedia y perspicacia, las cuales convergen en una historia reconfortante que sirve como evasión de la realidad y la cual se sustenta en las interpretaciones naturales y la buena química de la mancuerna protagonista.

Entonces no importan los momentos en que la dirección de Besnard pierde furor en el ritmo o que el trayecto de los personajes sea una obviedad, pues ésta es una película envolvente que recuerda que a veces son las personas que parecen más frágiles o necesitadas quienes tocan a nuestra puerta para inyectarnos la fuerza necesaria o incluso un poco de color en medio de su incomprensión.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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