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Cine

La piel fría – Crítica

03-08-2018, 12:01:50 PM Por:
La piel fría – Crítica

Una cinta que si bien es entretenida, tiene una dirección excesivamente contenida que no la lleva a ninguna parte.

Cine PREMIERE: 2.5
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El cineasta francés Xavier Gens tuvo un 2017 bastante movido con el estreno de sus largometrajes cuatro y cinco alrededor del mundo. Y aunque Crucifixión y La piel fría pertenecen al género del terror, ambas se mueven por caminos distintos. La segunda, que es la que nos ocupa, lo hace más enfocada en el fantástico y con mejor fortuna que la primera, aunque eso solamente sea de panzazo.

La piel fría adapta la novela homónima del escritor español Albert Sánchez Piñol, una exitosa e intensa obra que hacía referencia al romántico horror anfibio lovecraftiano y a las lúgubres atmósferas decimonónicas de Edgar Allan Poe en la historia de un meteorólogo llamado Friend (David Oakes) que, a principios del siglo XX, llega a cubrir un puesto de observación en un faro ubicado en una isla que, se entera, es asediado cada noche por criaturas marinas y resguardado por el hosco farero, Gruner (Ray Stevenson), que ha construido un búnker.

La adaptación de Jesús Olmo y Eron Sheen ha quedado a deber, pues elige llevar la trama por un camino directo que no deja nada a la ambigüedad, un elemento fundamental en la obra literaria. Sería un despropósito pensar que una adaptación cinematográfica sea fiel a la obra original, pero por lo menos debería respetar su esencia.

Gens no es un cineasta que se caracterice por sus grandes dotes para hacer filmes que resulten redondos. Tal y como ocurre en La crucifixión, aquí vuelve a apresurar todo hacia el final, dejando caminos abiertos sin explorar, obviando aspectos que no debería y resolviendo asuntos que tendría que haber dejado a la interpretación. Además se encierra en una seriedad que le queda grande, pues no explora los caminos filosóficos prometidos.

En lo que La piel fría funciona es, además del inquietante score de Víctor Reyes, en la convincente labor de los tres actores principales, pues a los ya citados hay que añadir a Aura Garrido como Aneris, quien hace una exploración estupenda de su personaje que podría haber sido escandalosamente fallido. Además, como suele ocurrir en el cine de Gens, hay un cuidadoso diseño de producción, en este caso de Gil Parrondo, lo que ayuda a la creación de atmósferas densas y opresivas en las locaciones de Islas Canarias e Islandia que hacen visible la película.

Pero si hay algo por lo que La piel fría destaca es por la fotografía de Daniel Aranyó (Regression, 2015). Su trabajo para hacer los contrastes entre el día y la noche, y con ello la seguridad y el peligro, y sobre todo el aislamiento de los personajes, es esencial para que el espectador se enganche con esta película que, si bien es entretenida, tiene una dirección excesivamente contenida que no la lleva a ninguna parte.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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