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Cine

Matrimonio por accidente – Crítica

09-03-2018, 4:40:16 PM Por:
Matrimonio por accidente – Crítica

Una comedia simplona que está llena de clichés.

Cine PREMIERE: 2
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Comedia construida a partir de una acumulación de clichés, Matrimonio por accidente es el debut como director de Tarek Boudali, un actor que ha formado equipo con Philippe Lacheau y otro grupo de actores en La Bande à Fifi, en películas como Babysitting (2014) y Cómplices.com (2017), todas exitosas en la taquilla de su país. Su ópera prima, una cinta francesa que empieza y termina sin sorpresas, tiene el infortunio de partir de los más sobados estereotipos sobre la homosexualidad para hacer un relato que, aunque en el camino aborda temas como el racismo, la migración y la marginación, acaba por simplificar y vulgarizar un tema complejo y delicado.

Yassin (el propio Boudali) llega a París desde su natal Marruecos con visa de estudiante, la cual acaba perdiendo en una noche de fiesta, por lo que queda como ilegal. Como no puede conseguir oportunidades así, se le ocurre pedirle a su amigo y vecino Fred (Lacheau) que se case con él para que adquiera la nacionalidad. Él acepta, a pesar de que su novia Lisa (Charlotte Gabris) quiere que se comprometa con ella. Pero para conseguir la validación, tienen que obtener la aprobación del inspector Dussart (Philippe Duquesne), un tipo duro que tiene sus dudas y es capaz de cualquier cosa por demostrar el matrimonio por conveniencia. Y la situación se complica cuando Yassin entra a trabajar a un despacho de arquitectura y se reencuentra con Claire (Andy), su ex, y su madre se entera del casamiento y llega de sorpresa.

Aunque la película tiene sus momentos divertidos, Boudali y sus guionistas apuestan por exagerar las situaciones. Como Yassin no quiere ser descubierto, y pronto se da cuenta de las intenciones del inspector, convence a su amigo para dar una impresión externa de que son realmente una pareja, por lo que recurren a los estereotipos sobre las parejas del mismo sexo. Aunque Boudali es consciente de ello, y pone en voz de Lisa esa aclaración, los chistes parecen running gags, es decir, la variación mínima de un mismo chiste.

Y aunque hay varias escenas en las que Boudali consigue aprovechar la comedia de situación, echa todo por la borda cuando decide recurrir a la comedia física y cae en situaciones absurdas y ciertamente agresivas y de mal gusto, como aquella en la que el perro guía de un ciego es atropellado por una máquina barredora o cuando Fred asesta un golpe por la espalda a la madre de Yassin. Y todo raya en el simplismo cuando él mismo recurre a hacer caras o el inspector se disfraza para tratar de encontrar la mentira en su matrimonio.

El mensaje de aceptación de las diferencias con el que termina Matrimonio por accidente es pobre, lo mismo que el desarrollo de la historia y la comedia del actor y cineasta, y acaba por sucumbir ante el sexismo y la homofobia de los chistes. Lacheau es tal vez el más rescatable, y no solo por su personaje, sino por el convencimiento con el que se entrega a su papel.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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