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Cine

Operación Escobar

18-10-2016, 4:39:19 PM Por:
Operación Escobar

The Infiltrator es una buena pieza de intriga y suspenso con una impresionante interpretación de Bryan Cranston.

Cine PREMIERE: 3.5
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Bryan Cranston es un actor con bastante capacidad para interpretar con maestría a tipos con toda la pinta de hombres decentes, tranquilos y hasta pusilánimes que, en un santiamén, pueden sacar su demonio interior y volverse exactamente lo contrario. Lo demostró con creces en las cinco temporadas de Breaking Bad y, ahora, Operación Escobar opus número cinco del realizador estadounidense Brad Furman–, no es la excepción. Y si esta película de intriga funciona, y vaya que lo hace, es precisamente por la capacidad de Cranston para conseguir esas transformaciones en este thriller basado en una historia real sobre un agente infiltrado en una operación contra el lavado de dinero de la mafia colombiana en pleno auge de Pablo Escobar.

Robert Mazur (Cranston) es un agente de aduanas que en 1986 propone cambiar el objetivo de la lucha antidrogas. En vez de seguir los cargamentos de la droga en sí misma, le parece buena idea rastrear el dinero. Él tiene dos opciones: jubilarse e irse a vivir tranquilamente con su esposa Evelyn (Juliet Aubrey) y sus dos hijas pequeñas o participar en la operación de rastreo que debe ejecutarse de forma encubierta. Elige la segunda, por lo que crea a su álter ego, Bob Musella, un supuesto empresario con la capacidad para lavar millones de dólares del dinero del narco. Así es como consigue contactar a unos operadores relacionados con Escobar para tratar de llegar al origen de las transacciones del cártel en Estados Unidos y el mundo, con todo el peligro que eso conlleva.

La guionista debutante Ellen Sue Brown se basó en las memorias del propio Mazur para trazar este relato de intrigas trabajado con buena mano por Furman, cuya filmografía incluye la cinta Apuesta máxima (2013), protagonizada por Ben Affleck y Justin Timberlake. Lejos de magnificar y glorificar a los criminales, o de condenarlos o retratarlos como figuras malignas, la historia los pinta con claroscuros, lo cual enriquece las tensiones dramáticas del filme dotando de tridimensionalidad la psicología de los personajes principales. Aun cuando Furman tiene en contra que todo mundo conoce el desenlace (o si no lo conoce, lo supone), sabe cómo generar una tensión en constante incremento que oscila permanentemente entre el miedo y la emoción. 

Para ello se apoya en un reparto sólido que incluye a John Leguizamo (Emir Abreu), otro agente encubierto que participa en la operación y que tiene dos momentos claves en el filme (uno en el baño de un table y otro en una casa, cuando está a punto de ser descubierto y tiene que soportar sin inmutarse la violencia de dos desquiciados); Yul Vazquez (Javier Ospina), quien es el encargado de abrir o cerrar las puertas para llegar al dinero de Escobar y tiene un cariz tenebroso, y Diane Kruger (Kathy Ertz). La capacidad de esta actriz alemana para mostrarse encantadoramente sensual y común en una misma escena es muy bien aprovechada por el director. 

Su personaje entra al quite cuando Mazur está a punto de echar todo a perder al no aceptar tener sexo con una bailarina que sus nuevos socios han contratado para él, pues no quiere serle infiel a su mujer, y se inventa una prometida con la cual está a punto de casarse. Así, su jefa le asigna a Kathy para que interprete ese papel aun cuando carece de toda experiencia en campo. Y la novata lo hace muy bien, ateniéndose al guion que ha estudiado con Robert e improvisando con elocuencia cuando la situación se complica.

Tratar de conservar su decencia en medio de un ambiente gangsteril es lo que pone en peligro constante la misión de Mazur, quien tiene que actuar tan convincentemente frente a sus nuevos socios —lo que incluye la ropa que usa, el auto que maneja, la casa que le consiguen o incluso actuar violentamente frente a su esposa— que poco a poco parece ir disfrutando más de su fachada que de su propia vida.

Como buena película sobre agentes infiltrados, Mazur y Kathy pronto sienten afinidad hacia los socios cuya confianza se han ido ganando mediante una cuidadosa actuación. Porque es eso lo que hacen: actuar tan convincentemente que los otros tomen como verdad lo que no es otra cosa que un engaño. Así, tienen sentimientos encontrados cuando su relación con Roberto Alcaino (Benjamin Bratt), el contacto directo con los millones de Escobar, y su esposa Gloria (Elena Anaya) se va transformando en una amistad.

La fotografía de Joshua Reis, quien trabajó con Furman en El defensor (2011), es también otro de los puntos fuertes de la película. El mundo de lujo y excesos que va conociendo Musella mientras descubre los niveles de corrupción de las personas involucradas (altos directivos de bancos poderosos, por ejemplo) y graba sus conversaciones con un equipo instalado en su lujoso portafolios, se contrapone con la sordidez de la violencia a sangre fría que recurrentemente aparece en pantalla. 

Cranston entrega una actuación soberbia que lo confirma como uno de los mejores actores en la actualidad. Operación Escobar aprovecha el buen momento que viven las historias cinematográficas basadas en hechos reales y el interés por las que están relacionadas con asuntos de narcotráfico. Con esos dos temas y una manufactura interesante, la película de Furman destaca como una buena pieza de intriga y suspenso. 

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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