Polanski todavía
Cada vez que alguien menciona a Polanski no puedo evitar sentirme un poco mal por no haber visto aún Chinatown. Eso no me sucede con otros autores consagrados, llámense Truffaut, Altman o, más actualmente, el sobrevalorado Tarantino. La razón es simple: a la fecha no he encontrado una sola película de este director polaco-francés que considere […]
Cada vez que alguien menciona a Polanski no puedo evitar sentirme un poco mal por no haber visto aún Chinatown. Eso no me sucede con otros autores consagrados, llámense Truffaut, Altman o, más actualmente, el sobrevalorado Tarantino. La razón es simple: a la fecha no he encontrado una sola película de este director polaco-francés que considere mala. Ni una sola.
De hecho, Polanski fue uno de los primeros directores que sugerí para mi ya extinta columna, Círculos Perfectos, que apareció durante varios años en la edición impresa de Cine Premiere (ahora continúo escribiendo una sección fija que responde a otro nombre), y además lo hice de manera continua. Al final mi terquedad rindió frutos, pues el buen Roman terminó escabulléndose entre los diez primeros textos que escribí. Recuerdo que investiagando sobre su vida se me puso la carne de gallina cuando me enteré que él, dada su origen judío, había pasado parte de su infancia en un campo de concentración alemán reservado para judíos polacos y que perdió a sus padres a causa de esta fiesta de odio. Diminuto, orejón y de ojos casi inexistentes de tan pequeños, un chico-ratón, me lo imagino recogiendo mendrugos de pan que se escurrían por entre las botas lustradas de los opresores.
Para su desgracia la pesadilla no terminó allí. La infancia fue apenas un opus de calamidades, un opening de tragedias que alcanzarían su clímax con el escalofriante asesinato de su esposa -y su hijo nonato- Sharon Tate en manos de la comunidad liderada por Charles Manson, el Hitler de los hippis. Destruido y seguro lleno de culpas -nunca fue un esposo modelo-, decidió sin embargo seguir rodando. Como si no hubiera otra maldita cosa que hacer. Como si estar detrás de la lente fuese su única opción para mantener la lucidez y no lamer el cañón de una escopeta en una tarde de domingo.
Y entonces, para beneplácito de los que vemos cine, vieron a luz productos que no merecen sino alabanzas. Entre ellos me vienen a la memoria la paranoica e inquietante Frantic, la sensual y perversa Bitter moon y la descarnadoramente humana La muerte y la doncella.
Viejo pero aún lúcido, todavía con el rostro marcado por esos ojos pequeños que han visto todo y más, Polanski vuelve con Carnage, traducida ya por algunos al español como Un Dios salvaje, y desde que supe de ella no ha pasado un solo día en que no sienta unas ganas locas de verla. Pero habrá que esperar, ser pacientes, aguantar. Sobrevivir al exasperante giro del minutero. Y de eso Polanski sabe de más.
¿Alguien ya ha visto Carnage?, ¿es tan buena como la han calificado la mayoría de los crítiicos?,
Aquí les dejo el trailer:
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Carlos Jesús González Carlos Jesús (aka Chuy) es escritor y periodista freelance. Desde 2006 radica en Berlín, desde donde colabora para distintos medios. Sus pasiones son su familia, la cerveza, escribir relatos y el cine de los setenta.
