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Premios Fénix 2016: Crónica de la tercera edición

08-12-2016, 9:59:55 PM Por:
Premios Fénix 2016: Crónica de la tercera edición

A pesar de vergonzosos segmentos musicales y ausencia de invitados, por tercer año se celebró a lo más destacado del cine iberoamericano.

Los sonidos propios del tránsito del centro histórico de la
Ciudad de México sonaban alrededor del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. La
calle de Donceles se había transformado en una enorme alfombra roja de 250
metros de largo. Desde la esquina con República de Chile, hasta la entrada del
recinto, los medios esperaban la llegada de parte del talento más destacado del
cine iberoamericano.

Así, poco a poco fue desfilando la industria fílmica de la
región. Primero posaban para los amables fotógrafos que, como ya es su
costumbre, gritaban “¿ese quién es?”, “quítate que estorbas” y muchas cosas
más; luego, la prensa especializada los esperaba para hablar de sus próximos
proyectos (busquen en nuestro sitio las entrevistas que tuvimos con algunos
invitados); y finalmente, los conductores de televisión los esperaban para
hablar de quien los vistió, maquilló, peinó y un largo etcétera que francamente
no entiendo a quién le interesa.

El tiempo fue transcurriendo… y a veces los micrófonos se
dispersaban y mientras unos entrevistaban a un director, otros esperaban a ver
quién más desfilaba para conseguir una buena nota… Pero aparecía Gael García y
los que estaban en la esquina del lado derecho corrían hacia el final de la
alfombra para grabar las declaraciones del ganador del Golden Globe por Mozart in the Jungle.

El reloj marcó las 8:30 de la noche y todos los asistentes a
la alfombra corrieron hacia dos direcciones: la sala de prensa o el interior
del Esperanza Iris. Apenas y pude tomar mi mochila, guardar la cámara y pensar
qué tan útil podría ser ese 20% de pila restante para seguir con la cobertura.

Ya dentro del Teatro, las luces se apagaron y un video de
Diego Luna en medio de un escenario que se montaba solo, explicaba el propósito
de los Premios Fénix y lo que representa: conservar, preservar y difundir el
espíritu libre del cine iberoamericano. 

Y no era tan necesario que un video nos lo explicara. Bastaba
con ver la lista de los nominados y la emoción de los ganadores al subir al
escenario al recibir su presea. Quizás el momento más emotivo de la noche lo
dio la cineasta Tatiana Huezo. Su impactante y emotivo documental Tempestad se convertía, en mi opinión
personal, en la gran ganadora de la noche. Triunfó en las tres categorías en
las que estaba nominada: Largo documental, Foto documental y Música original.

“Este premio es para Miriam Carvajal y Adela Alvarado” –dijo
la cineasta mexicana de origen salvadoreño– “quienes me han dado el privilegio
de guardar sus voces como testimonio de este tiempo difícil, violento e impune
que estamos viviendo, pero con esperanza de que las cosas cambien”. El Teatro
de la Ciudad se llenó de aplausos que conmovieron a todos los presentes.


Otra gran ganadora ­–la más premiada de la noche –fue Neruda que, de nueve nominaciones,
volverá con cuatro premios bajo el brazo: Edición, Vestuario, Diseño de arte y
Largometraje de ficción. ¿Será que este premio –junto a los aplausos de la
audiencia y la crítica del mundo– catapulten a esta cinta hacia el Oscar 2017?

También, los Premios Fénix fueron una interesante
oportunidad de conocer otras grandes producciones como la brasileña Boi Neón, que fue la ganadora a Mejor
guion y fotografía, ésta última a cargo del mexicano Diego García. Su
trayectoria incluye títulos como Táu
y Las tinieblas –de Daniel Castro Zimbrón– que confirman el
talento de este hombre detrás de la lente. Hay que seguirle la pista muy de
cerca.

Durante la ceremonia, fuimos testigos de tres homenajes. El
que se esperaba fuera el más emotivo de la noche –y que lamentablemente no fue–
llevaba el nombre de Alejandro Jodorowsky por sus casi 50 años de trayectoria.
Su salud le impidió asistir a la ceremonia, pero a través de un video, afirmó
que “es agradable ser reconocido después de una larga vida de lucha para
implantar el cine de arte en medio del cine industrial. No pude estar con
ustedes corporalmente, pero sí con mi alma, con mis cicatrices, con toda mi
memoria”. Su hijo Adán recibió el premio en su nombre. 

Otro más fue para el crítico español Miguel Marías, quien
recibió el premio de manos de Oona Chaplin, nieta del legendario comediante. El
último (aunque cronológicamente el primero de la noche) fue para la cineasta
mexicana Patricia Riggen. Pero su reconocimiento fue opacado por la
presencia/ausencia de su presentadora.

Pese a que se había confirmado su asistencia, Kate del
Castillo no asistió a la ceremonia. Su participación marcaría el regreso al
país tras el escándalo en que se vio involucrada con Sean Penn y Joaquín “El
Chapo” Guzmán. Sin embargo, envió un video que fue presentado por la gran
Adriana Barraza en el que habla de su trabajo con Riggen y del reconocimiento que
recibía de parte de los exhibidores por
Los
33
, su más reciente cinta.


Ojalá no se le haga costumbre a los Premios Fénix el
anunciar con bombo y platillo la participación de ciertas celebridades. Hay que
cuidar el prestigio que se está construyendo. Y si se quiere seguir creando un
precedente en la industria iberoamericana, habría que considerar el modificar
–o en su defecto eliminar– los números musicales.

En esta tercera edición vimos un homenaje a Juan Gabriel a
cargo de –lean bien– Ilse Salas, Juan Manuel Bernal, Ludwika Paleta, Luis
Gerardo Méndez y Sofía Espinosa. Estoy seguro que, de haberlo escuchado, el
divo de Juárez se vuelve a morir. Aquello se convirtió en un momento incómodo y
vergonzoso. Todos ellos son grandes actores. ¿Por qué ridiculizarlos así?

Y lo mismo con el resto de los números musicales con Ana de
la Reguera, Stephanie Cayó y Paulina Dávila… Si estamos celebrando lo mejor de
Iberoamérica, ¿a nadie se le ha ocurrido que en la región hay una lista
interminable de talento musical? Tenían ahí a Fito Páez… y se prefirió «guardarlo» hasta el final de la noche con lo que su participación se opacó y de desaprovechó por completo. 

Pero si de momentos incómodos hablamos, hay que remitirnos
casi al final de la ceremonia, cuando Ilse Salas apareció junto a la española
Marisa Paredes a presentar el ganador a Mejor actuación masculina. Paredes
subió al escenario con una actitud que le llevó a contradecir, a expresar su
descontento e incluso burlarse de todo lo que decía la protagonista de Qué pena tu vida. Sin duda, el momento
más vergonzoso de la noche… incluso más que la aparición al inicio de la
ceremonia de Miguel Ángel Mancera. Ojalá que en algún momento de la vida
separemos la política del arte. Será por el bien de todos. 

En resumen, la tercera entrega de los Premios Fénix se
convirtieron en eso que la gran Dolores Heredia –actual presidenta de la
Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas– calificó como un
momento de estrechar lazos y unir fuerzas. El año próximo pinta para ser uno de
los más sombríos en cuanto a apoyos económicos para la cultura. Dependerá de
todos los miembros de la industria, y sobre todo del público, valorar el
arte, la cultura, el cine que se hace en casa.

Hay talento, muchísimo talento. Esta ceremonia fue una
muestra de ello. Se reconoció a 26 largometrajes que pueden comprobarlo y
convencer a los más escépticos. Es tiempo de cerrar filas…

Fotos de la ceremonia y alfombra: Premios Fénix / Retrato de Gael García: Eduardo Islas (Cine PREMIERE)

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autor Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.
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