007: Quantum – Crítica

De por sí, ser de los primeros en ver 007: Quantum en sala de cine es un privilegio. Aprovechando la cobertura del set visit de Prince of Persia en los estudios Pinewood en Londres, bastó con cruzar la calle y contener el aliento al pagar dolorosas £10 libras –unos $200 pesotes– en el complejo Odeon de Kensington.

Pero el dolor de pagar tal suma por una función de cine pasó pronto. Fue un acierto ver Casino Royale dos días antes del viaje en Blu-ray, pues la trama continúa tan solo unos minutos después de aquél final. Bond somete al infame Mr. Killer para averiguar el rastro de Quantum, la organización detrás del chantaje y homicidio de Vesper Lynd (nótese que la institución ya no tiene el antiguo nombre de Spectre, ¡Sir Sean Connery debe estar inconsolable!). La búsqueda lo lleva a Haití, donde se da cuenta que el poder de esta agrupación maligna va mas allá de lo que parece.

Estos elementos y el gradual encuentro con una “españolizada” Olga Kurylenko en busca de venganza personal, serán pretextos suficientes para que te dosifiques con muchas secuencias de acción, que siento, quedaron algo cortas en Casino Royale. Explosiva, pero con buen ritmo y acertada conclusión.

Si bien no alcanza el ritmo, calidad y magnificencia de Casino… como relanzamiento de la franquicia, 007: Quantum va mas allá de ser un filme de acción turbo-cargado con aspiraciones de Trilogía Bourne. El Bond vengativo, calculador y estrepitoso que vemos aquí, no es más que la “fase dos” en la evolución del Agente 00 al que estamos acostumbrados, si bien sienta bases para perfeccionar aún más el resultado final. Ya hay más gadgets, pero no los que acostumbramos los pioneros en la serie, sentida la ausencia del gran Q de nueva cuenta. La música, como siempre, estupenda y adecuada al filme, así como la edición de sonido con respecto a las explosiones y disparos. Y con perdón de muchos, pero el tema principal, “Another Way To Die” interpretado por Alicia Keys y Jack White, queda completamente ad hoc con la historia.

Digno de mención la actuación de Joaquín Cosío como el malvado dictador boliviano Medrano, la breve y exquisita participación de Jesús Ochoa y la aún más efímera presencia de la hermosa Agente Fields, encarnada por la hermosa Gemma Arterton –quien por cierto me confesó hoy en entrevista que le hubiera encantado aparecer más tiempo, pero que espera con emoción contar con más tiempo en Bond 23–. Destacables también la presencia de la irreemplazable Judi Dench como M, el regreso glorioso del Aston Martin y un precioso modelo de Sony Ericsson TM C902, que por cierto ya se lanzó a la venta como edición especial de la película.

En síntesis: sean $8 dólares, £10 libras ó $50 pesos, ésta es una experiencia que no te querrás perder, aún no siendo fan de Bond, pero sí de películas de acción. ¿Craig, el mejor Bond? Aún no dice “Bond, James Bond”, ni arquea la ceja coquetamente, pero podemos decir que subió algunos peldaños más rumbo a la batalla final con el todopoderoso y al servicio de Su Majestad, Sean Connery.

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Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com