2033

La ciencia-ficción es un género caro, difícil en propuesta y en producción, que por lo mismo no se hace en nuestro país. Aún así, Laresgoiti apuesta porque es posible lograr un proyecto de forma independiente y con muchas ganas. La historia, ubicada en México en el año 2033, no es del todo futurista: existe la eterna lucha de clases, los conflictos políticos y la división entre ateismo y religión. En este contexto, que nos es tan familiar, está la típica historia del “elegido” y su transformación personal: un niño rico prepotente, que molesta a los “nerds”, se droga y que por diversión se dedica a matar personas (todo un cliché de la “maldad”).

A través de la confesión de su abuelo y de un misterioso hombre, descubre que su padre, a quien creía muerto, aún vive. Su misión, por lo tanto, es rescatarlo a él, y de paso al país, que ha sido controlado por el gobierno y por una bebida que aparentemente te hace bien. Su “viaje espiritual” empezará desde lavar los baños (nada más le faltó decir “Wax on, wax off”) y trabajar desde abajo; para que en unos días ya sea espía profesional. Es inevitable pensar en miles de referencias del género, empezando por Un Mundo Feliz de Aldous Huxley; y desde Matrix (1999), hasta La isla (2005) y Sentencia previa (2002). Obviamente sin efectos especiales ni dinero. Sin embargo, se nota un esfuerzo claro en el diseño de producción, que fue estudiado concienzudamente. La cámara del director, a veces es segura, y a veces duda con escenas demasiado obvias, a las que insistentemente quiere darles importancia.

El guión, construido encima de fórmulas conocidas, se sostiene con buen ritmo y tiene ideas originales, pero flaquea en el romance, que luce forzadísimo; y en personajes que sobran y que carecen del impacto que pretenden tener. Marco Treviño (Malos hábitos) quien interpreta al sacerdote líder de los rebeldes, es el único que demuestra su madera de actor y que convence en su conflicto. 2033 huele todo el tiempo a ópera prima, en el buen sentido: a una propuesta que quiso ser fresca y original, que quiso innovar con valentía y que muestra un esfuerzo grande por lograr algo digno. Pero de pronto peligra en caer en la pretensión falsa de la grandilocuencia; sobre todo con un final inconcluso, que podría abrirse para secuela.

–Doly Mallet

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Mary Carmen Albarrán Mary Carmen siempre ha sido una ñoña... incluso antes de que se considerara cool. Fue editora de Cine Premiere 5 años y posteriormente saltó a las compañías de tecnología pasando por Comunicación en Google, siendo el Tío Netflix en Netflix y ahora ayudando a los famosos a usar Instagram, Facebook y Threads en Meta.