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Cine

Aquí entre nos

28-03-2012, 5:29:01 PM Por:
Aquí entre nos

Una comedia inteligente, con buenas actuaciones.

Cine PREMIERE: 3
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Cuando Rodolfo Guerra (Jesús Ochoa) se queda en su casa unos días para descansar de su tedioso trabajo, se da cuenta de que su familia ya no es suya. Después de 17 años de casado, su esposa (Carmen Beato) e hijas llevan vidas de las cuáles no sabe nada y su única autoridad consiste en ser “ése que da el dinero”. Se ha vuelto un extraño en su propia casa y de ahí todo comienza a venirse abajo.

Con una premisa como ésta, que apunta al desbarate de una familia, ¿quién hubiera pensado que la película provocaría tantas sonrisas? Desde que se concibió hace poco más de 6 años, la ópera prima de la directora mexicana Patricia Martínez de Velasco tuvo que sortear muchas caras escépticas que no creían que un drama familiar fuera un buen recurso para el nacimiento de una comedia de situación. Sin embargo, las buenas actuaciones, el guión no pretencioso y el optimismo natural que rodea cada acontecimiento hicieron el truco.

Quizá uno de los logros principales de la película, y que también constituía un riesgo, es que no recurre a fórmulas simplonas o al cinismo absoluto para hacer reír al espectador. La comicidad brota de los defectos de los personajes y de lo que los hace profundamente disfuncionales. El efecto es algo parecido a cuando nos reímos de nosotros mismos: primero con algo de pena, que se convierte poco a poco en benevolencia. Aquí no hay cabida para héroes perfectos e incomprendidos por la vida. Cada quien tiene lo que se busca y lo chusco radica en el choque natural de las relaciones humanas a través del tiempo.

Sin diálogos ni situaciones demasiado ambiciosas (la mayoría de las escenas se desarrollan en el hogar), el filme logra dar un mensaje simple: el amor cotidiano poco tiene que ver con los finales tipo “felices para siempre”, pero eso no significa que no exista. Más bien es producto de las pequeñas batallas que se luchan diariamente y que en este caso se ven reflejadas en el apellido de la familia protagonista: Guerra.

También se agradece que el tono del filme esté equilibrado: así como pretende mostrarnos la realidad de la convivencia familiar, también nos contagia de un dejo esperanzador. Después de todas las vicisitudes emocionales por las cuáles atraviesan los personajes, un aire optimista invade el final, de forma muy natural y sin ser forzado. Tal vez esto se debe a que la directora se inspiró en su propia historia familiar (como ha confesado antes), pues sus padres se separaron cuando era niña, pero se reencontraron años después.

Claro que el filme tiene sus piedras en el zapato: es una comedia larga, con algunos momentos que quizá no acaben de cuajar del todo para provocar la carcajada. Tampoco destaca en el ámbito técnico. Sin embargo, sí es una historia que causa un impacto: los espectadores salen con una sonrisa y, como un plus bastante significativo, también con un par de reflexiones.

Jessica Oliva

 

Ve el trailer de Aquí entre nos.

 

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