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Cine

Ceguera – Crítica

17-10-2008, 8:55:45 AM Por:
Ceguera – Crítica

Aunque cursi, se suma a las películas (ver Juegos sádicos) críticas de nuestro precario, patético estado de las cosas.

Cine PREMIERE: 3
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Tal vez la única sorpresa de la película de Ceguera sea la luz, esa luz blanca que José Saramago narra en Ensayo sobre la ceguera (1995) y Fernando Meirelles retrata en su adaptación cinematográfica de la novela del lusitano. Eso, la luz, y su estridente recreación del mundanal ruido: en un mundo de ciegos llevado al cine, queda como último recurso el sonido.

Fiel a la obra literaria que traduce al cine –incluso, y sobre todo, en sus momentos más cursis–, Meirelles no nos cuenta una historia –una parábola no contiene sorpresas: todos enceguecen, todos volverán a ver; lo que cambiará, si acaso, será la mirada, el modo de ver–, sino que plasma una situación en la pantalla.

Alegoría de los tiempos que corren, en los que todos estamos sometidos a una ceguera virtual que amenaza con devenir en falta de visión definitiva, Ceguera se suma a las películas críticas de nuestra precario, patético estado de las cosas (por ejemplo, Juegos sádicos, en cualquiera de sus versiones, del austriaco Michael Haneke).

Ceguera película

Meirelles filma una ciudad que es todas las ciudades (Toronto, Montevideo, Sao Paulo: una amalgama que no es otra cosa que Babel misma) y, lo mismo que Saramago, despoja a sus personajes del nombre que los reviste, que los dota de identidad. Símbolos y arquetipos, los ciegos y los espectadores de Ceguera, hacinados en un mismo espacio, estamos desnudos y somos vulnerables al ánimo de homo homini lupus sugerido por Saramago.

¿Seremos capaces de abrir los ojos de nuevo, de volver a mirar el mundo así como lo mira la esposa del oftalmólogo (una deslavada Julianne Moore), el único personaje de Ceguera que no ha sido privado de vista ni de visión, testigo último, integral de la situación que la contiene? Sabemos que la respuesta, pasadas la humillación y las vejaciones, es sí.

¿Aprenderemos, más allá de la pantalla, terminada la función, algo de la enceguecedora luz blanca? Meirelles y Saramago sugieren, cándidos y a ratos cursis, que sí lo haremos. Así las cosas.

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autor Es investigador del Programa de Culturas Digitales de la Universidad de Sydney. Es el editor fundador de cinepremiere.com.mx y escribe sobre cine, televisión y tecnología en diversos medios nacionales e internacionales.
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