Daniel y Ana – Crítica
Un filme con una buena premisa que pudo resaltar por su drama y complejidad, termina por lucir gris, y ser olvidable.
Daniel y Ana son dos hermanos comunes y corrientes, con una buena relación entre ellos y una vida casi de ensueño. Sin embargo, un día son secuestrados y obligados a realizar algo que cambiará sus vidas para siempre, por lo que deberán aprender a lidiar con su dolor, al tiempo que intentan regresar a la normalidad tras el trágico evento, así es la trama de la película de Michel Franco.
Aunque la premisa suena prometedora, la inexperiencia del director sale a relucir en su ópera prima, pues trata de exponer una situación fuerte –que está basada en hechos reales– con tomas que lucen temerosas y no arriesgan nada. El mejor ejemplo de esto es su utilización de cámara objetiva en gran parte de la película de Daniel y Ana, la cual además, evita cualquier tipo de identificación con los personajes.
Por otro lado, Chema Torre –quien encarna al prometido de Ana– y Marimar Vega ofrecen actuaciones rescatables, pero Dario Yazbek Bernal –medio hermano de Gael García– es incapaz de transmitir el dolor que siente su personaje, situación que se hace más evidente al tener que expresarlo casi en absoluto silencio.
Estas situaciones hacen que una película como Daniel y Ana, que pudo resaltar por su drama y complejidad, luzca gris, monótono y absolutamente olvidable. A pesar de esto, tal vez lo más rescatable sea el final de la cinta, al convertirse en el único momento de verdadera reflexión y que permite a la audiencia sacar sus propias conclusiones.
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Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
