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Cine

Dos días en París

21-07-2008, 1:09:38 PM Por:
Dos días en París

La malicia es el ingrediente principal en esta comedia de equívocos sentimentales donde Julie Delpy se revela como una auténtica directora-orquesta.

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Una de las astucias más finas de Dos días en París, segundo largometraje de Julie Delpy, actriz francesa radicada en Estados Unidos, es haber hecho de la incomunicación un resorte humorístico que describe a la vez un choque cultural y un desencuentro afectivo. Jack (Adam Goldberg) y Marion (Julie Delpy) viven en Nueva York, acaban de realizar un viaje romántico a Venecia –interrumpido por una violenta diarrea del primero–, y antes de regresar a Estados Unidos deciden pasar dos días en París para visitar a los padres franceses de la chica. Al catálogo de fobias y prejuicios culturales a los que debe enfrentarse Jack en su infortunado paso por la capital francesa, se suma la revelación incómoda de que su novia ha conservado en la ciudad un número tal vez excesivo de antiguos amantes.

El viaje de placer se transforma en una frustración continua que va disolviendo lentamente los lazos afectivos de la pareja. Julie Delpy se deleita en navegar a contracorriente de la doble aventura romántica que interpretara en Antes del amanecer (1995) y Antes del atardecer (2004), de Richard Linklater, al lado de Ethan Hawke, en fotogénicos escenarios europeos. Esta vez Delpy se coloca frente a la cámara y detrás de ella, es guionista y editora, compone el tema musical y lo canta. Elige a sus propios padres –actores de profesión– para interpretar a los padres de Marion y los integra de modo notable en una farsa que semeja una conspiración en contra de Jack, un Adam Goldberg que es además antiguo novio de la directora. El cuadro de familia, a menudo cínico, acompaña la maliciosa demolición de las ilusiones románticas del galán estadounidense.

La cinta explora, además de la incomunicación lingüística y sus efectos cómicos, la incompatibilidad afectiva y sus consecuencias dramáticas. Delpy es notable cuando juega a colocarse en una tenue línea que separa a la mujer liberada de la ninfómana incorregible. El desconcierto de su amante es total, como también lo es su vulnerabilidad de celoso impotente. La actriz de Blanco, de Kieslowski, demuestra como directora un buen manejo de la comedia romántica.

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autor Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
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