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Cine

El gato con botas – Crítica

29-09-2009, 11:42:16 AM Por:
El gato con botas – Crítica

La técnica es de estupenda calidad y nos atrapa desde el principio,  pero poco a poco, la narrativa se va volviendo cada vez más simplona.

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El personaje de El Gato con Botas es ya del dominio popular, aunque pocos saben su historia; porque es de los cuentos menores de Charles Perrault, más conocido por La Cenicienta o Caperucita Roja. Los niños de hoy, pensarán que este gato sagaz, es más bien el compañero de Shrek y Burro (Shrek 2, 2004). Y no sabemos si es a propósito o no, pero la animación nos recuerda mucho a estos personajes.

La técnica es de estupenda calidad y nos atrapa desde el principio,  pero poco a poco, la narrativa se va volviendo cada vez más simplona. Una princesa (que luce más como cabaretera con el cuerpo de Jennifer López en unos entallados pantalones), quiere encontrar un príncipe al que le guste bailar tanto como a ella (aunque sus bailes sean más bien sexys, al estilo Fergie, y no de ballet clásico, como lo imaginábamos). Sus padres, que en lugar de reyes parecen nuevos ricos sin educación, y que hablan (sólo la reina, el rey siempre duerme) con un tono muy alejado de la alcurnia que deberían tener; están preocupados por su hija –que huye a bailar de incógnita a los bares de mala muerte, en los que sólo falta un tubo– y le organizan eventos para que conozca pretendientes.

Así que, el Gato con Botas, que habla y es inteligente, decide armar toda una mentira para que su amo, ahora disfrazado del Marqués de Carabás, pueda conquistar a la chica. Aunque es bien sabido que este cuento está escrito hace ya algunos ayeres, se siente repetitivo y con un mensaje polémico. La princesa se ve vulgar, el gato es como un total arrabalero; y sería difícil explicarle a un niño, la moral de que, el final “feliz” se logró a base de puras mentiras. Y que la “riqueza” del “Marqués”, se debe a que desfalcaron a un ogro, que con el pretexto de que tenía mal humor, era “conveniente” robarle y hechizarle.

Nunca entendimos porqué el dichoso “Marqués” conquista a la “Princesa”. Nos dicen que sabía bailar, pero nunca lo hace, apenas lo oímos cantar (y bastante desentonado, porque no es Kalimba quien canta); y la galana se da cuenta de que es un mentiroso… ¿Entonces dónde estuvo el amor? Para rematar, el gato arrabalero canta al final algo así como “yo soy un gigoló… mentí pero no importa porque la princesa es hermosa y mi amo encantador.” ¡Wow! “gran mensaje” para los pequeños…

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