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Cine

El gran Houdini – Crítica

20-11-2008, 1:05:45 PM Por:
El gran Houdini – Crítica

Lla cinta pudo haber sido memorable, un filme bien intencionado que falla por la poca química entre los actores.

Cine PREMIERE: 2
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Poco son los personajes tan explotables a nivel cinematográfico como Harry Houdini. El legendario escapista de origen húngaro, pero quien se crió en los Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX, fue una de las primeras celebridades impulsada por la magia de los nacientes medios de comunicación.

Mucho antes de que los teóricos hablarán sobre el poder de los medios para “inyectar” a la sociedad, formar opiniones y transformar a seres humanos en inmortales, Houdini comprendió el modo en que debía utilizarlos para convertirse en leyenda. Enigmático, inteligente y carismático, pero al mismo tiempo arrogante, los capítulos de su vida han bastado para que la industria cinematográfica vuelva una y otra vez a él, perpetuando esa leyenda que Houdini inició en vida y que genera asombro hasta nuestros días.

El gran Houdini es la más reciente película en torno al escapista y toma como punto de partida el reto que lanzó a los médiums para comprobar la existencia del más allá y así establecer contacto con su difunta madre. El filme narra una supuesta historia de amor entre Harry (Guy Pearce) y Mary McGarvi (Catherine Zeta-Jones), mujer vagabunda con supuestos poderes para contactar a los muertos.

En realidad Mary sólo es una fanfarrona que se gana la vida al lado de su hija Benji (Saoirse Ronan) montando espectáculos basados en engaños. Ellas acuden al llamado de Houdini sin saber que existe un gran parecido entre Mary y la madre del mago. Impresionado por la semejanza, Houdini queda “flechado” e incorpora a la mujer a su acto, esperando que pueda hacer contacto.

Aunque está basada en hechos ficticios, la cinta pudo haber sido memorable. Sin embargo la química entre los actores erosiona un argumento que al principio cautiva; como espectador uno jamás cree en la relación madre-hija entre Mary y Benji, ni siente que haya pasión entre Houdini y la mujer. Ni siquiera la vuelta de tuerca al final basta para olvidar esa sensación de que, como buen escapista, el gran Houdini se le fue de las manos a la directora, Gillian Armstrong, quien simplemente no pudo con él y la película.

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