Hermanastros
¿Grotesca? A veces, ¿pero qué tanto es tantito si los 95 minutos que dura son indoloros pero no insípidos?
La historia es más o menos conocida: dos actores bien respetados en la industria deciden tomar vacaciones con goce de sueldo y, de paso, pasarlo «bomba». Traducción: Will Ferrell y John C. Reilly se transforman en Brennan y Dale, dos inmaduros, poco agraciados, ridículos y volubles cuarentones desempleados que se estrenan como hermanastros bajo el mismo techo y que pronto hallan coincidencias que van más allá de la sangre (léase su afición por las revistas porno y los ninjas), todo eso englobado en una película que pintaba para mucho más de lo que resultó al final.
No hay mucha ciencia en el asunto: las escenas cómicas salen hasta por debajo de las piedras, aunque las del “entierro vivo” de Dale, el paseo en bote y la búsqueda de empleo son, si bien sobradísimas, las que hacen que valga el boleto. Esto, en gran parte, se puede adjudicar a Adam McKay, el talento detrás de Anchorman y Talladega Nights. ¿Grotesca? A veces, pero ¿qué tanto es tantito, si los 95 minutos que dura son indoloros?
Hermanastros como película, como una comedia ranchy protagonizada por dos actores renombrados y conocidos en el género, sirve únicamente para desenchufar el cerebro y observar lo que sucede en pantalla. Como dato adicional para los freakies: la música es de Jon Brion, el mismo de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.
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Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
