Rango

Desde que vimos el primer trailer, sabíamos de qué trataba Rango, así que no me concentraré en contarles la trama. Mejor les describo lo que sentí, por lo menos la primera de varias veces que pienso verla.

Cuando un cineasta como Verbinski decide tomar un proyecto animado sin un estudio de animación con la jerarquía de Pixar o Bluesky y de inicio pretende demostrar que el 3D no es necesario para lograr una experiencia única, ya estamos hablando de algo diferente. Y Rango no se limita a ser el primer CGI contemporáneo de género western, sino que da cátedra a los grandes estudios de cómo se deben hacer las cosas, sobre todo prescindiendo de esa prótesis llamada estereoscopía.

La cinta puede resumirse en un road trip del Viejo Oeste, que de pronto te das cuenta que no estás en tal época, y que a final de cuentas concluyes que no es necesaria una época para desarrollar una aventura de esa estirpe. La combinación de alimañas del desierto está fuera de escala (tarántulas del mismo tamaño que conejos, reptiles y gatos), pero tras 20 minutos de película te percatas de que no hay una búsqueda por imitar lo real. Tengo que decir que no es un filme para todos los gustos y que habrá quien incluso salga de la sala (como algunos colegas poco objetivos hicieron), pero es necesario recomendar que vean TODO el filme antes de hacerse de una opinión.

Hay algo importante que quiero decirles: el filme me hizo sentir. Sí. Sentí alegría con las bromas y su ritmo perfecto, sentí aprehensión, sentí fastidio (sí, hasta eso por momentos) y sentí esa magia especial que tanto nos gusta a los amantes de un buen western. Visuales fotorealistas y una extraordinaria profundidad en ciertas escenas deberían hacer que Pixar y otros reflexionen que es importante arriesgarse con cosas como estas y no reposar en “la magia del 3D” o una franquicia que vende muchos juguetes, como Cars.

Aunque jamás recomendaré al 100% ver un filme de esta calidad doblado al español, hago una mención especial al trabajo de Ricardo Tejeda dando carácter nuevamente a Johnny Depp (Rango). Y digo "a Depp", porque con el sistema especial de captura corporal que se utilizó, habrá momentos en los que jurarías que es Johnny caminando… y no: es un camaleón ojón. La voz de Joaquín Cosío es muy superior a la versión en inglés. Y no estoy bromeando: esa víbora Rattlesnake es un asunto serio.

Recuerden: no es para todos. De entrada, no se confundan pensando que es un filme para niños, pues pueden salir tan asustados como con Coraline (no obstante, no se preocupen papás: la clasificación de Rango es A). Tampoco es para quien busca una historia fácil y explicación inmediata para todo lo que ve. Rango es una pintura, una obra de arte. Y como tal, hay que saber comprenderla.

–Julio Vélez

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Mary Carmen Albarrán Mary Carmen siempre ha sido una ñoña... incluso antes de que se considerara cool. Fue editora de Cine Premiere 5 años y posteriormente saltó a las compañías de tecnología pasando por Comunicación en Google, siendo el Tío Netflix en Netflix y ahora ayudando a los famosos a usar Instagram, Facebook y Threads en Meta.