RockanRolla
Un thriller ágil, paródico, antisolemne, que toma como objeto principal de su sátira al género al que pertenece.
Un gángster ruso intenta por todos los medios recuperar una pintura de inmenso valor afectivo –un cuadro fetiche portador de buena suerte–, que en un momento de debilidad, o por un cálculo erróneo, llegó a prestar a Lenny Cole, un poderoso bandido inglés que debía facilitarle el ingreso al floreciente negocio de los bienes raíces en Londres. Al mismo tiempo, dos ladrones de poca monta tratan desesperadamente de pagar una fuerte suma de dinero al viejo Lenny, bajo el temor de ser sometidos a tortura y finalmente ejecutados. El hijo de ese gángster británico es una estrella de rock que finge su propia muerte para ganar publicidad e incrementar las ventas de su nuevo álbum. Las tres pistas narrativas se entrecruzan jocosamente en un thriller donde el absurdo, los despropósitos verbales, y las persecuciones callejeras tienen como fondo musical a Lou Reed, The Clash, Franz Schubert y Miguelito Valdés, entre muchos otros, y también escenas intercaladas de la película Lo que queda del día, de James Ivory.
Un revoltijo cultural que busca retomar el brío de Juegos trampas y dos armas humeantes, y de Snatch. Cerdos y diamantes, éxitos anteriores de su director Guy Ritchie, y sumir definitivamente en el olvido sus fracasos más sonados, Revolver e Insólito destino, estelarizado este último filme por su hoy ex esposa, la estrella pop Madonna.
La película tiene un ritmo frenético, envolvente como su banda sonora, y una trama salpicada de ocurrencias tan novedosas como la perplejidad del bandido One Two (Gerard Butler), a la vez embaucado por una mujer fatal, y seducido lenta y exitosamente por un gángster gay, Handsome Bob, su compañero de fechorías. Tom Wilkinson encarna con malicia el personaje de Lenny Cole, un gángster de la vieja escuela que debe soportar la oleada de bandidos inmigrantes en su entrañable Reino Unido, cuyos métodos son para él tan viciosos como desconcertantes, y a los que se enfrenta con dosis parejas de candor y temeridad, saliendo casi siempre maltrecho.
Un réquiem para el gángster profesional inglés, víctima de una inesperada globalización del delito.
– Carlos Bonfil
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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
