Sólo quiero caminar

A menudo escuchamos de tal o cual analista el aserto “esta es una película de guionista” para desdeñar los valores de una obra donde el peso de su escritura se impone hasta anular los méritos de la puesta en imágenes. Este lugar común es típico en aquellos largometrajes realizados por guionistas reconvertidos en directores a los que les resulta harto difícil apostar, de un modo abierto, por la funcionalidad expresiva. Claro que siempre hay excepciones y ahí está el ejemplo de Agustín Díaz Yanes quien con Sólo quiero caminar –su cuarta realización– se consolida como uno de los mayores talentos del cine español en lo que a inventiva visual y eficacia narrativa se refiere. Tras aquella empresa colosal –no siempre bien entendida– que fue Alatriste, Díaz Yanes retorna a las fuentes del cine negro en esta historia en la que un grupo de tías muy “pesadas” no duda en cruzar el charco para ejecutar su venganza contra una banda de mafiosos mexicanos de porte duro y hombría incuestionable liderada por el arrogante Félix (sublime composición de José María Yazpik). Y si bien la narración se soporta con altibajos y uno tiende a cuestionarse la idoneidad de determinadas opciones de puesta en escena demasiado deudoras de esa tendencia al videoclip que parece atenazar los febriles thrillers hollywoodenses perpetrados “al modo de Scorsese”, el afianzamiento de la relación viva y emocionante que mantienen esos dos cadáveres, a su pesar, que son los personajes de Diego Luna y Ariadna Gil (inmensos ambos) termina por dignificar y dotar de vuelo un ejercicio de estilo, francamente, bien resuelto.

–Jaime Iglesias

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Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com