SPAM – Crítica
De un fanático empedernido del género, el director Charlie Gore, la película decepciona por su obvia falta de originalidad.
Devuelto a la existencia entre el parto de una industria incipiente y los fantasmas de pasadas glorias, el renacimiento que de un tiempo para acá ha tenido el cine de terror en México recuerda de alguna forma el deambular de un muerto viviente: un cadáver reanimado, cuyos estertores acusan signos de vida pero que, cual zombie errante, se tambalea mientras profiere alaridos de dolor, incapaz de decidir si se encuentra medio vivo… o medio muerto.
Y es que un autómata así es lo que resulta SPAM, cinta cuyo título hace alusión a la correspondencia no deseada que inunda las cuentas de correo electrónico y que, en la historia, incluye una macabra cadena de emails que, de romperse, acarrea al internauta una muerte horrenda.
Ópera prima de Charlie Gore, debutante en la dirección de largometraje pero con evidente experiencia en los sets de filmación, la cinta no deja lugar a dudas con respecto al entusiasmo del también guionista por el cine de género, evidente en el alias bajo el cual ha decidido acometer su carrera y el cual queda patente en el conocimiento que demuestra de los filmes que lo inspiran. Qué ironía, pues, que ése sea justamente su problema.
A medio camino entre El aro y Pesadilla en la Calle del Infierno, la película echa mano de cuanto lugar común del género encuentra –de la esquemática rivalidad entre jocks y nerds de lo que parece más una high school gringa a la final girl encarnada por Gloria Navarro, de lo mejor de la película– para contarnos una truculenta historia que termina por volverse predecible, un filme derivativo desde su concepción misma y lastrado por clichés que le resultan tan familiares al director como a su público, lo que da por resultado una cinta por completo inofensiva. Algo, eso sí, mortal en un género cuya única raison d’etre se encuentra precisamente en ser perturbador.
Enfrentados al boom de cintas de terror –algunas de hecho remakes de filmes clásicos que terminan revelándose como insuperables– que, como Km. 31 o esta que nos ocupa, resultan en películas bien hechas pero no en buenas películas, cabría pues preguntarse si es éste ya el amanecer, o sólo el inicio de una larga noche de los muertos vivientes.
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Antonio Camarillo Periodista y cineasta, es colaborador de Cine PREMIERE desde el año 2002, conductor de Horroris Causa en UAM Radio 94.1 FM y miembro del equipo de Mórbido: Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Actualmente imparte las materias de Narrativa, Guionismo y Géneros Cinematográficos en SAE Institute Mexico, así como talleres de guion para cortometraje.
