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Cine

Tenemos que hablar de Kevin

12-01-2012, 11:51:51 AM Por:
Tenemos que hablar de Kevin

Una joya visceral sobre la maldad humana.

Cine PREMIERE: 4
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Toda nuestra vida, desde que tenemos una conciencia selectiva –dirían los psicólogos– hasta el día de nuestra muerte, debatimos entre el bien y el mal. Nuestra cultura como especie se basa en estos polos opuestos que han construido religiones y derribado imperios. Durante siglos nos hemos empeñado en buscar el origen de los actos más viles a través de postulados, teorías, antagonistas y temor. Por eso cuando dos Testigos de Jehová tocan la puerta de Eva, una mujer demacrada, y le preguntan si sabe a dónde irá su alma, ella contesta que al infierno.

Lo cree porque la culpa ha carcomido cualquier síntoma de bondad que existe en su interior; su dolor es la consecuencia del crimen que cometió su hijo Kevin, y por el cual ella siente una responsabilidad directa: ¿Qué hizo mal como madre? ¿Por qué no pudo detenerlo? ¿Es villana o una héroe sin voz?

Todas estas preguntas no buscan una respuesta en el filme de Lynne Ramsay (una maestría de adaptación del bestseller de Lionel Shriver); el cual debería cambiar de nombre por Tenemos que hablar de Eva. Ella es la protagonista y sus recuerdos, la línea narrativa de la cinta. Desde los primeros minutos se nota que el guión más que fragmentado, es una especie de collage donde conocemos a la familia Khatchadourian y el tour de forcé entre una madre que nunca quiso serlo, y un niño que le arruina la vida.

Ramsay se apoya en el talento impecable de Tilda Swinton para que la cinta sea una especie de elegía hacia la paternidad: cada flashback es un grito de luto y frustración, en esta la búsqueda de los hijos y padres perfectos. No se sorprendan si esta cinta se vuelve un material de referencia en cientos de escuelas para reforzar los temarios de las clases de ética y/o piscología.

En terrenos técnicos, la cinta también raya en lo sublime, Ramsay utiliza constantemente el color rojo para enfatizar la violencia que rodea la vida de Eva y Kevin (la escena del supermercado es inolvidable); el ritmo que imprime la mezclar distintos planos con las emociones de los protagonistas, enfatizan los momentums de la obra.

También cabe destacar el manejo musical de la película (compuesta por J. Greenwood de Radiohead): nos sumerge en este suburbio dantesco y en la realidad lúgubre donde Swinton demuestra que es de las mejores actrices que existen en la industria.

Tenemos que hablar de Kevin es de esas joyitas fílmicas que se transforman en una experiencia catártica; de esas películas que hablas por días y ponen en tela de juicio tus principios y te devuelven la fe en el cine.

Josue Flores Corro

 

Ve el trailer de Tenemos que hablar de Kevin.

 

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