Una pareja de tres
Un recuerdo del gran comic timing que posee Meg Ryan, pero termina siendo la prueba de que una buena premisa no significa una cinta de calidad.
Ian (Hutton) y Louise (Ryan) son un matrimonio en decadencia: nunca pudieron tener hijos y a medida que se hacen mayores, les es más difícil soportarse. Él (recordándonos un poco a la trama que estos actores ya compartieron en Beso francés) dice estar enamorado de una mujer más joven (Kristen Bell) con la que partirá a París al día siguiente. En un acto desesperado, ella ve a bien noquearlo y atarlo a una silla hasta que esté convencida de que aún la ama y que no la dejará. Y hasta ahí todo va bien.
La premisa de tener a dos actores –consolidados en el género de la comedia– encerrados en un cuarto resolviendo sus asuntos suena prometedora. Sin embargo, es la tragedia inherente en la situación aunada a los tonos de comedia, lo que le dan a la cinta su veredicto final: es confusa. A pesar de que los protagonistas entregan papeles sólidos, al filme parece faltarle algo; al oscilar entre géneros termina por quedarse en una especie limbo cinematográfico y se siente inconexo. Tiene diversos momentos memorables, particularmente aquellos en los que Kristen Bell y Justin Long participan; y nos recuerdan el gran comic timing del que Meg Ryan solía gozar. No es completamente carente de originalidad, y la vuelta de tuerca final, aunque predecible, le da significado al resto de la trama. Sin embargo, tristemente termina siendo la prueba de que una buena idea no siempre tiene como resultado una cinta de calidad.
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