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Cine

Una separación

19-04-2012, 9:08:56 AM Por:
Una separación

La ganadora del Oscar a Mejor película extranjera es imprescindible.

Cine PREMIERE: 5
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La secuencia con la que abre la película recoge a los dos protagonistas, Nader (Peyman Moadi) y Simin (Leila Hatami), exponiendo las razones para iniciar su proceso de divorcio ante un juez invisible cuyo lugar es ocupado por el espectador en plano subjetivo. Esta obertura formaliza, sin lugar al equívoco, la pretensión del director, Asghar Farhadi, por construir un relato abierto sobre una serie de personajes y las circunstancias que les rodean, donde el público sea parte activa del mismo. De este modo se nos invita a juzgar a los distintos caracteres atendiendo a las razones de unos y otros y enjuiciando actitudes y conductas de acuerdo a ese concepto que se diría tan cambiante, pero en el fondo tan universal, como es el de ética, sin que (y ese es el principal mérito de esta película iraní) el director nos ofrezca pautas de implicación que deriven en manipulación emocional.

Con todo lo verdaderamente destacable de la película más allá de la honestidad de su director y la limpieza en el enfoque, es la intensidad que logra imprimir al relato. Una separación es un relato de reminiscencias kafkianas, y hasta casi se diría hichtcocknianas donde un hombre común se ve envuelto, por azares del destino y superado por las circunstancias, en una espiral de casualidades que amenazan llevarle a la cárcel por un error cometido en un estado (lógico y natural) de ofuscación, ante lo cuál deberá abandonar su integridad y participar, él también, en esa densa red de falsedades e intereses contra la que al inicio de la historia se ha rebelado.

De este modo se articula una historia que encaja perfectamente con esa concepción que Salvador Dalí tenía para el arte apelando a que toda obra de referencia es aquella que “va de lo local a lo universal”. Asghar Farhadi ofrece un cine iraní con pinceladas muy sutiles donde revela los distintos estratos que conforman la actual sociedad iraní y que dista de ser un todo uniforme (por mucho que se empeñen en profundizar en esta distorsión los voceros políticos de Occidente) y el grado de conflicto que existe entre ellos, pero al mismo tiempo apelando a ese contexto lleno de matices el cineasta construye una historia universal demostrando que más allá de las diferencias culturales, las miserias y las dichas que le son propias a la condición humana trascienden fronteras. Una separación es una película imprescindible.

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