The Walking Dead: “Tell It to the Frogs”
Amor y desamor con sabor a muerte.
Advertencia: Si aún no han visto este episodio, consideren que esta crítica contiene spoilers.
De no ser porque existe una semana entera que separa un episodio de otro, sería difícil establecer una división en esta serie, incluso a pesar de que hemos visto el trabajo de tres directores diferentes.
"Tell It to the Frogs" fue dirigido por Gwyneth Horder-Payton (Cold Case), quien entrega 40 minutos que combinan con maestría una extraña serie de emociones que van desde el amor hasta el desamor, pasando por fraternalidad y traición. Aunque las secuencias de acción son escasas, la historia se centra en los conflictos latentes entre la familia Grimes y Shane, compañero y "mejor amigo" del oficial Rick. No obstante, no se convierte en una telenovela, pues la situación entre Merle –aquel veterano de guerra demente que abandonaron en "Guts"– y su hermano Daryl deberá resolverse en el siguiente episodio.
Por cierto, como lo mencioné la semana pasada, ya hay libertades más claras con respecto a la línea de la historia en la novela gráfica y la serie. Como en el cómic no existe la situación de Merle, no hay un equipo de rescate (aunque sí regresan por armas), permitiendo que los escritores jueguen con este fértil terreno de historias entre los no muertos.
¿Por qué doy una calificación casi perfecta, pese a tener menos secuencias de acción y desmembramiento zombie (impresionante la escena y la explicación de "la cabeza viviente")? Si tienen oportunidad, lean el prólogo de Robert Kirkman al iniciar su novela gráfica. Su idea siempre fue explorar los valores humanos, su degradación y poner en tela de juicio quién es el verdadero monstruo en ese escenario, no necesariamente desmembramiento y batallas campales página tras página. Yo reflexioné sobre esto porque, curiosamente, al terminar Walking Dead cambié de canal al noticiero sólo para ver de nuevo cómo nos matamos unos a los otros.
Y así ocurre aquí: los contrastes entre el emotivo momento del reencuentro de la familia Grimes (la expresión en el rostro de Carl, el hijo, comparado con el de Lori es muy significativo) y el romance frustrado de Shane junto con su complejo de culpa en contraste con el despreciable machismo de Ed maltratando a Carol en pleno apocalipsis zombie son cosas que hacen reflexionar, independientemente que nos guste el género o no. Yo pensé que el ser papá y tener corazón de pollo fueron lo que me hicieron derramar un par de lágrimas cuando Carl abraza a su papá, pero luego varios lectores y amigos me comentaron por Twitter que sintieron lo mismo. ¡Algo deben estar haciendo bien con esta serie!
¿Son cuatro estrellas y media demasiado? Consideren que son sólo seis episodios, y aunque reconozco que será más complicado mantener este nivel con más del doble de emisiones en la segunda temporada, me queda claro que estamos disfrutando una auténtica joya en la pantalla chica.
Y si disfrutaron del teaser del siguiente episodio, seguro estarán esperando con emoción al próximo lunes, a ver que pasa con esos "Vatos" que lucen más temibles que los mismísimos zombies.
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Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.
