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Cine

Saint Amour

25-11-2016, 8:54:20 PM Por:
Saint Amour

Una comedia francesa sobre el vino y la amistad que funciona como un todo y tiene algunas secuencias hilarantes.

Cine PREMIERE: 3
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Llena de situaciones absurdas cargadas con sentido del humor, Saint Amour es una comedia dirigida por el dúo formado por Benoît Delepine y Gustave Kervern (autores de la exitosa comedia Louise-Michel de 2008) sobre la relación entre un padre y su hijo alcohólico que no sienta cabeza, construida a partir de una serie de episodios alrededor de un viaje por la ruta del vino en Francia. 

Jean (Gérard Depardieu, tan a gusto como no se le veía hace tiempo) es un ganadero que está en el evento anual del Salón de la Agricultura en París, adonde concursa con un toro. Se hace acompañar por su hijo Bruno (Benoît Poelvoorde, robándose la película), un inmaduro borrachín cincuentón que ya no quiere trabajar con él pero a quien tampoco se le ve rumbo alguno y quien tiene la costumbre de hacer la ruta del vino sin salir de la feria junto con su amigo (el propio Kervern divirtiéndose a lo grande).

Al ver los desfiguros de su hijo, Jean decide llevarlo a realmente hacer el recorrido por los viñedos franceses, para lo cual contrata los servicios de un taxi conducido por Mike (Vincent Lacoste). Así, la historia se convierte en un roadtrip cargado de situaciones disparatadas y diálogos bien construidos que crean atmósferas risibles. Algunas por su patetismo, otras por su encanto (a partir de un logrado sentimentalismo lo mismo melancólico que enternecedor) y unas más por ser verdaderamente descabelladas.

Saint Amour incluye uno de los orgasmos masculinos más patéticamente divertidos, una desternillante aparición especial del polémico escritor francés Michel Houellebecq como el oportunista dueño de una posada, una imagen de tarjeta postal de una amazona a caballo (Céline Sallette) en el Campo de Marte con la emblemática Torre Eiffel de fondo, una enumeración ilustrada con flashbacks de los diez estados de un borracho, una parranda monumental con pura gente rara, un encantador momento en el cuarto de un hotel, un acostón frugal por puro despecho y un final verdaderamente inesperado.

Depardieu, Poelvoorde y Lacoste forman un trío disímbolo que, sin embargo, funciona muy bien para llevar por buen camino la película. Se complementan y confrontan a la perfección para construir este relato sobre los lazos de unión, sean familiares, de amistad, amor o de esperanza.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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